2017

31/12/2017 Paramilitarismo estructurado, protegido y en búsqueda de venganza

A sólo 24 horas de que un alto funcionario del Gobierno le entregara formalmente al Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía a dos paramilitares que intentaron asesinar a nuestros líderes, luego de recibirlos, también formalmente, de líderes de nuestra Comunidad de Paz, nos han llegado múltiples testimonios de personas que afirman haber visto a dichos victimarios en plena libertad en las calles de Apartadó. El número de testimonios y la independencia entre ellos nos llena de preocupaciones y ello confirmaría una vez más las íntimas relaciones existentes entre la fuerza pública, el paramilitarismo y el aparato judicial colombiano. Uno de los paramilitares supuestamente liberados, mientras estuvo inmovilizado en nuestra Comunidad afirmó que se vengaría de nosotros por haberle impedido cumplir la misión que le habían encomendado de quitarle la vida a nuestros compañeros del Consejo Interno y por haber salvado las vidas de quienes él tenía orden de destruir. Esto, según él, exige una fuerte retaliación.

Nuevos hechos se han presentado en las últimas horas, los cuales queremos dejar en conocimiento del país y el mundo:

  • El sábado 30 de diciembre de 2017, el mando paramilitar de la zona, alias “FELIPE”, quien participó en el atentado asesino contra líderes de nuestra Comunidad el viernes 29 de diciembre en compañía de otros cuatro paramilitares, se desplazó enseguida a la vereda Arenas Altas donde ha estado profiriendo anuncios de venganza contra nuestra Comunidad de Paz por haberle impedido realizar su acción criminal y está anunciando nuevamente, enfurecido, que la Comunidad de Paz va a ser destruida. Cuando el viernes 29 se vio forzado a huir del escenario del crimen ante la reacción de la Comunidad, llegó rápidamente al caserío de San José donde se reunió con un amplio grupo de paramilitares que actúa allí; luego recorrió el caserío, completamente controlado por la fuerza pública, y se dirigió hacia la vereda Arenas Altas sin ser molestado por militares ni policías.

  • El sábado 30 de diciembre de 2017, en un noticiero televisivo de Teleantioquia, el político e integrante del gremio cacaotero de Urabá, CÉSAR JARAMILLO, declaró que los dos paramilitares detenidos no son paramilitares sino inocentes cultivadores de cacao a quienes él asesora. Parece que poco le importa que esos sus asesorados en otros de sus momentos laborales se contraten para quitarle la vida a líderes sociales y para intentar destruir una Comunidad de Paz. ¿Juzga, acaso, que su actividad temporal de cacaoteros fuerza a la sociedad a no tener en cuenta sus acciones criminales? ¿o acaso piensa que los que sufrieron el ataque de estos paramilitares, así como la Comunidad y sus integrantes y acompañantes internacionales quienes presenciaron todo el episodio, no merecen credibilidad y sólo la merecen quienes han visto a estos criminales en sus pasajeras actividades económicas de cultivo de cacao? No quisiéramos pensar que su asesoría a estos temporales cacaoteros incluya instrucciones para uso de armas, estigmatización de comunidades y estrategias de coordinación con la fuerza pública en sus actividades más criminales.

  • El sábado 30 de diciembre de 2017, paramilitares ampliamente conocidos en el corregimiento de Saiza, del municipio de Tierralta, Córdoba, les manifestaron a los pobladores que estaban muy dolidos por lo ocurrido en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, donde, según su versión, sus compañeros paramilitares fueron “humillados” por la Comunidad que logró impedir el asesinado de sus líderes e inmovilizar y desarmar a dos de sus compañeros paramilitares y prometieron que realizarán próximamente una masacre en la Comunidad de Paz, a la vez que reiteraron su decisión de exterminar nuestra Comunidad.

Todos estos hechos reflejan la tragedia que vive Colombia: unas instituciones que cubren con el silencio, la inacción, la complicidad disimulada y la negación sistemática de la realidad, los más crueles sufrimientos de las capas sociales que no participan del poder; una justicia corrupta en todas sus instancias; una fuerza pública solidaria con los criminales y convertida prácticamente en sus escoltas; unos medios de comunicación que mienten, deforman, tergiversan, silencian y encubren; una clase política degenerada y hundida en su cerrero egoísmo gamonalista y ávida de privilegios exclusivos. En medio de ese panorama el paramilitarismo es la fuerza dominante que se apoya en la complicidad y la negación sistemática de su accionar por parte de todos los poderes. Sostener principios éticos en este contexto es correr el riesgo del exterminio.

Nuestra Comunidad de Paz ha sacrificado ya centenares de vidas por defender sus principios y nunca ha silenciado los crímenes que la han tratado de destruir. En esa heroica lucha nos han acompañado minorías nacionales e internacionales que aún tienen principios éticos. A todas esas comunidades, grupos y organizaciones nuestra gratitud profunda y nuestro compromiso de no claudicar.

30/12/2017 Una noche de tensa vigilia solidaria

Desde cerca del mediodía del 29 de diciembre hasta el mediodía del 30, nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó vivió una experiencia de 24 horas de agudos contrastes y profundas sensaciones.

Desde la masacre de Mulatos y La Resbalosa sufrida el 21 de febrero de 2005, nuestra Comunidad no vivía colectivamente esa confluencia misteriosa de muerte y vida que se entrelazan y se desafían de manera conmovedora. El 29 de diciembre la incursión de 5 paramilitares en nuestra bodega de comercio de cacao, con la intención de arrancarle la vida a varios de nuestros líderes, fue como un relámpago de muerte que tocó a nuestras puertas anunciando un retorno macabro a los años del comienzo en que los funerales se sucedían en cadena y con escasos intervalos. Sin embargo, la reacción espontánea e inmediata de 6 miembros de nuestra Comunidad que se encontraban cerca al sitio del ataque, en un esfuerzo desesperado logró desarmar e inmovilizar a dos de los victimarios y poner en fuga a los otros tres, no sin dejar charcos de sangre, pero salvaguardando la integridad de todas las vidas, se vivió con la emoción desbordante de quien le abre paso a la vida desde corredores de muerte.

Con una rapidez inusual, la noticia congestionó las memorias de los celulares y a los pocos minutos nuestro asentamiento de San Josesito comenzó a ser colmado por los trabajadores que abandonaron precipitadamente sus campos de trabajo y bajaron apresurados de las veredas para enfrentar colectivamente este nuevo desafío de muerte de una manera comunitaria. La emoción de la solidaridad de cuerpo crecía por momentos hasta que llegó la noche que casi todos los integrantes de la Comunidad pasaron “de claro en claro”, alrededor de ollas de tinto y haciendo rondas de grupos para inspeccionar los linderos del asentamiento y evitar nuevas incursiones de muerte. Había que vigilar a los dos paramilitares inmovilizados y al mismo tiempo velar por la satisfacción de sus elementales necesidades humanas. Fue una noche inolvidable donde las incomodidades y el trasnocho se vivieron con emoción solidaria.

Un discernimiento colectivo tuvo que diseñar, paso a paso, la estrategia a seguir frente a las instituciones del Estado, de manera acorde con los principios y trayectorias de la Comunidad. La ruptura de ya muchos años con una administración de justicia corrupta nos impedía entregar a los retenidos al aparato judicial local y regional hundido en la podredumbre. Se echó mano entonces de la tradición de dejar constancias de alto nivel con el fin de apelar a la conciencia ética por lo alto y no a las trilladas burocracias que consolidan permanentemente la impunidad. Hubo comunicaciones con altos funcionarios del Estado para pedirles que recibieran a los retenidos (Vicepresidente, ministros, viceministros, altos funcionarios de control, organismos internacionales) y sólo se logró que un Viceministro acudiera a recibirlos. No se buscaba asegurar una justicia eficaz y recta –lo que hoy día en Colombia es imposible- sino que el alto gobierno tomara contacto directo con el hecho en sí, mirando las caras de los victimarios, firmando actas y sintiendo el aliento colectivo de una comunidad adolorida pero resistente.

La Comunidad tenía en su poder el arma incautada a uno de los victimarios [pistola ------]. Entregarla a la cadena institucional era arriesgar o contribuir a que esa arma fuera utilizada para destruir otras vidas. En otras ocasiones la Comunidad había preferido destruir el arma; esta vez también se llegó a esa conclusión y así se dejó consignado en el acta de entrega de los inmovilizados. El proveedor de esta arma tenía 12 proyectiles y habría podido eliminar las vidas de varios de nuestros líderes. Un tal artefacto no debió existir jamás.

A lo largo de las horas llegaron a la Comunidad innumerables mensajes de solidaridad de muchos rincones del mundo: parlamentarios, comunidades, consejos, parroquias, ayuntamientos, movimientos sociales. Todo el mundo deploraba y condenaba la perversidad de los hechos victimizadores; se alegraba por la valentía y valores de la Comunidad y repudiaba la indiferencia del gobierno y de las instituciones del Estado ante la multitud de crímenes sufridos por la Comunidad y por su persistencia. Al mismo tiempo, en el contexto actual de las respuestas del Estado ante la multiplicación de ejecuciones de líderes sociales, subrayaban que este solo hecho desmiente los discursos perversos del Ministro de Defensa y de otros funcionarios del Estado que niegan empecinadamente, contra toda evidencia, el carácter sistemático de la eliminación de líderes sociales.

En esta intensa jornada destacamos y agradecemos nuevamente el papel jugado por nuestros acompañantes internacionales quienes demostraron de manera extraordinaria el amor con que desempeñan su oficio. Agredecimos también la presencia del Obispo de Apartadó, Monseñor Hugo Alberto Torres, como testigo cualificado en el acta de entrega de los paramilitares inmovilizados. A la inmensa red de nuestras amistades, nuestra profunda gratitud.

29/12/2017 Golpe anunciado y tolerado

Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve obligada a comunicar al país y al mundo la incursión criminal que tuvo lugar en la mañana de hoy 29 de diciembre de 2017 en nuestro asentamiento central de San Josesito, por parte de de un comando paramilitar que llegó con la intención explícita de asesinar al Representante Legal de nuestra Comunidad, GERMÁN GRACIANO POSSO.

Ya en las semanas y meses anteriores se notaba la intensificación progresiva de amenazas y operaciones de inteligencia que anunciaban un golpe grave contra la Comunidad de Paz. Nuestras constancias apremiantes dirigidas al país y al mundo no produjeron ninguna reacción ni protección de parte de las instituciones del Estado.

Previamente un paramilitar de nombre ARCADIO llegó conel pretexto de venderle un poco de cacao a la Comunidad para constatar la presencia de Germán, la cual comunicó inmediatamente por su celular. Minutos después, hacia las 10:15 horas, 4 paramilitares arribaron a la bodega donde la Comunidad comercializa el cacao. Entre los que llegaron estaba el mando paramilitar de la zona conocido como “FELIPE”, y además: RICARDO DAVID, ampliamente conocido en la zona y quienes se identificaron como: JAMES CARDONA HIGUITA (cc 1038811594) y HUMBERTO ANTONIO LONDOÑO ÜSUGA (CC 1028025340). Intentaron primero hacer entrar a un cuarto a varios miembros de la Comunidad que se encontraban allí a quienes amenazaron de muerte sacando sus armas. Varios miembros de la Comunidad reaccionaron y forcejearon con los criminales hasta lograr quitarle el arma a uno de ellos e inmovilizar a dos paramilitares quienes fueron atados. En el forcejeo, Germán y otros miembros de la Comunidad quedaron heridos, como también los dos paramilitares inmovilizados. La Comunidad llamó a la Defensoría del Pueblo para entregarle a los retenidos y en el momento de emitir esta constancia aún no han llegado.

Nos hemos comunicado hace unos momentos con el Vicepresidente de la República, General Óscar Naranjo, quien prometió examinar la enorme complicidad de la fuerza pública presente en la región, la cual, a nuestro juicio, ha sido el factor clave de la enorme libertad de acción con que los paramilitares se mueven en la zona.

Como les consta a todos los grupos que han sido solidarios con nosotros, se trata de ataques ampliamente anunciados y publicitados con la complicidad de todas las instituciones.

Sea esta la ocasión de agradecer nuevamente y profundamente a la inmensa red de comunidades y grupos del mundo que en pocos minutos han reaccionado manifestándonos su incondicional solidaridad.

22/12/2017 En la mira de planes muy perversos

Una vez más, luego de las graves constancias que nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha hecho públicas en las últimas semanas, tenemos que acudir de manera apremiante a todas aquella personas, grupos y comunidades que aún conservan principios éticos y sentimientos de solidaridad, para compartirles la situación extrema de riesgo por la cual atravesamos. Los últimos hechos son los siguientes:

  • El viernes 15 de diciembre de 2017 llegó un paramilitar en traje civil a la finca Casa Roja y manifestó su deseo de pasar allí la noche. Un miembro de la Comunidad se lo impidió y le hizo ver que ellos no podían abusar de esa manera de la población civil. Muy enojado, el paramilitar tuvo que retirarse pero en los días siguientes se conocieron amenazas contra el integrante de nuestra Comunidad que hizo valer los principios.

  • El mismo viernes 15 de diciembre un grupo de paramilitares convocó a los pobladores de La Cristalina a una reunión. Luego avisaron que habían tenido un problema de última hora y no podían hacer la reunión, anunciando que la harían después y se retiraron de la zona.

  • El sábado 16 de diciembre de 2017 a las 11:06 llegaron varios paramilitares en bestias, armados con armas largas, de camuflado y con brazaletes de las AGC, encontraron a una acompañante internacional y le preguntan por otro armado que iba adelante y le exigieron que les dijera qué estaba haciendo allí. En efecto, un paramilitar en traje civil había ingresado a la Aldea de Paz en horas de la mañana y había preguntado por la ubicación de tiendas, pero el mismo personaje fue visto armado y uniformado un poco más tarde, junto con los demás paramilitares que iban en bestias. Luego se supo que estaban convocando una reunión en Mulatos Cabecera y de hecho la realizaron. En dicha reunión les hablaron a los pobladores de muchos proyectos del Estado que ellos debían aprovechar y le obsequiaron regalos a los niños de la vereda, prometiendo llevarles m{as regalos posteriormente y organizar fiestas.

  • A mediados de diciembre de 2017, un poblador del caserío de San José, de nombre Isaías y apodado “Malaca” le reveló a algunas personas un plan existente entre las redes paramilitares de la zona y la Brigada XVII para eliminar al representante legal de nuestra Comunidad de Paz, GERMÁN GRACIANO POSSO. Según el paramilitar, quien tiene aproximadamente 28 años y está relacionado con una amplia red de jóvenes que cumplen misiones criminales y delictivas ordenadas desde la dirección militar/paramilitar de la región, la eliminación de Germán debe realizarse simultáneamente con un operativo de asalto económico, para lo cual están buscando afanosamente informantes en la misma Comunidad de Paz, de modo que se le pueda hacer un riguroso seguimiento, sobre todo cuando baja a retirar dinero del banco. Según afirman otros integrantes de la red paramilitar, están haciendo grandes esfuerzos por asegurar informantes dentro de la misma Comunidad de Paz e incluso se ha sabido de casos de jóvenes de San José que son abordados en Apartadó para vincularlos a las redes paramilitares y de entrada les ofrecen un arma y 700.000 (setecientos mil pesos) como incentivo para motivarlos. Al mismo tiempo un primo de Germán ha recibido informes de fuentes confiables, según las cuales él también está involucrado en el plan contra Germán y su vida estaría corriendo alto riesgo.

  • El martes 19 de diciembre de 2017 un contingente de paramilitares amaneció rodeando el territorio de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, asentamiento de nuestra Comunidad de Paz en la vereda Mulatos Medio e incluso fueron vistos bañándose en una poza del río Mulatos que hace parte del territorio de la Aldea.

Como puede verse, la estrategia paramilitar se intensifica en el territorio dentro del cual está inserta nuestra Comunidad de Paz. Dicha estrategia, ni ahora ni antes es compatible con los principios de nuestra Comunidad de Paz. Nuevamente la persecución contra nuestra Comunidad y contra nuestros líderes se hace dramática. Apelamos a toda la gente solidaria de Colombia y del mundo que siempre han estado atentos a nuestro proceso para que sigan interpelando a un Estado que evidencia su ilegitimidad y le exijan respetar la dignidad y los derechos elementales del ser hum

13/12/2017 Como en la masacre de las bananeras 90 años después: orden de matar a todo el que estorbe

Nuestra comunidad de Paz de San José de Apartadó nuevamente deja constancia ante el país y el mundo de las últimas agresiones perpetradas por este Estado-paramilitar, al que no le importa pasar por encima de la población más vulnerable como lo es el campesinado en Colombia.

Ya hemos tenido que soportar en estos 20 años innumerables muertes, desapariciones, torturas, desplazamientos, saqueos, montajes judiciales, robos, destrucciones, violaciones, vejaciones de todo tipo, humillaciones, persecuciones, mentiras, calumnias, estigmatizaciones y muchísimas más afrentas por parte de paramilitares que han actuado conjuntamente con la fuerza pública del Estado y con el aval y tolerancia de todas las demás instituciones. La colaboración de éstas últimas ha sido invariablemente permanecer ciegas, sordas, inactivas, indolentes y sumidas en el cinismo y la hipocresía más aterradoras, haciéndose las que nada tienen que ver en los crímenes. Eso es lo único que explica el que los paramilitares hoy manejen la zona a su antojo y conviertan en un infierno la vida del campesino.

¿Hasta cuándo tendremos que vivir en medio este infierno que nos regala el Estado? Es evidente que al gobierno no le interesan nuestras vidas ni las de los demás pobladores que hoy sufren en Colombia esta estrategia criminal del paramilitarismo.

Los últimos hechos que dejamos a juicio del mundo son los siguientes:

  • El lunes 20 de noviembre del 2017 se comprobó una fuerte presencia de tropas paramilitares en las veredas La Resbalosa, Mulatos, La Esperanza y La Hoz, del corregimiento de San José de Apartadó. Los integrantes de esas tropas manifestaron que van a hacer inversiones en la zona y que la única comunidad que está estorbando ese camino es la Comunidad de Paz, pero que ya tienen cómo vencer ese estorbo, pues ya “tienen órdenes de matar a los miembros de esa h. p. comunidad si se interponen en el camino”. Afirman además que están comprando tierras allí porque van a abrir potreros desde La Hoz hacia Mulatos por ambos lados del río, para incrementar la ganadería por encima del que sea. Aquí queda patente la característica más propia de este Estado, para el cual los planes rurales jamás deben estar al servicio de las poblaciones mayoritarias del país ni de las necesidades alimentarias de éstas sino al servicio de las élites que se han apropiado del Estado para ponerlo a su servicio y de las empresas multinacionales a las que dichas élites les sirven. Y para llevar adelante esos planes se sirven de estos grupos de asesinos paramilitares que siempre han gritado que el que se oponga a los planes a los que ellos sirven será asesinado. Así han llenado nuestra tierra de ríos de sangre. Queda nuevamente al descubierto el carácter ilegítimo y criminal de este Estado. Como en el caso de la Masacre de las Bananeras, el Presidente y sus mandos militares no dudaron en asesinar a mil trabajadores para satisfacer los afanes lucrativos de los empresarios estadounidenses; así, ahora, a través de sus paramilitares asesinos, el presidente y sus mandos militares, aupados por su empresariado asociado, no dudan en matar al que se oponga a la ganadería extensiva acariciada por los empresarios criminalmente adueñados del Estado.

  • El Lunes 27 de Noviembre del 2017 en horas de la mañana hizo presencia un grupo de paramilitares fuertemente armados en la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó. En este lugar permanecieron por varias horas, después se retiraron.

  • El jueves 30 de noviembre del 2017, en horas de la mañana, un grupo de paramilitares que han estado patrullando en las veredas Mulatos y La Resbalosa, de San José de Apartadó, manifestaron que a toda costa tienen que sacar y asesinar a GILDARDO TUBERQUIA y a ESTEBAN GUISAO, miembros de nuestra Comunidad de Paz, el primero integrante del Consejo Interno de la Comunidad y Coordinador de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos Medio, y el segundo coordinador administrativo de nuestro asentamiento en la vereda La Esperanza. Le han manifestado repetidas veces a algunos pobladores de la zona que van a asesinar a estos miembros de nuestra Comunidad de Paz pues son un estorbo para el proyecto económico que el paramilitarismo pretende imponer en la región. Esto evidencia una vez más que existe un proyecto criminal para exterminar nuestra Comunidad de Paz, como lo han repetido incansablemente ya por muchos años. Los mismos paramilitares están manifestando a muchos pobladores en las veredas, que ahora que ya tienen el control, van a matar a todo aquel que no se someta a sus órdenes y que para eso cuentan con todo el apoyo de la fuerza pública de Urabá.

De nuevo hacemos responsable al Gobierno colombiano y a sus instituciones militares en Urabá por lo que llegue a pasarles a GILDARDO TUBERQUIA y a ESTEBAN GUISAO y a los demás miembros de nuestra comunidad o a cualquier otro poblador de la zona.

  • El mismo jueves 30 de noviembre de 2017 nuestra Comunidad de Paz fue informada del asesinato de un joven que fue retenido cuando se desplazaba desde la vereda Naín hacia la vereda La Resbalosa, de San José de Apartadó, siendo llevado primero a Valencia, Córdoba, por los paramilitares que allí controlan la población civil. Dicho joven era comerciante de caballos en las veredas de San José de Apartadó. Aún no se tiene una información completa de los hechos.

  • El martes 05 de Diciembre de 2017 a las 17:40 horas llegó un grupo de paramilitares a la vereda La Resbalosa, del corregimiento de San José de Apartadó; allí entraron a la propiedad privada de ARÓN DAVID, miembro de nuestra Comunidad de Paz quien vive en dicha vereda e inmediatamente comenzaron a amenazarlo de muerte, pues según los paramilitares él estaba informando sobre su presencia en la zona y eso les estaba causando problemas para estar en la vereda, lo que no iban a permitir. Después de un largo rato en que permaneció privado de su libertad, le advirtieron con amenazas que no le fuera a informar a esa h. p. comunidad; que hiciera de cuenta que no había visto nada, si no quería que lo mataran. Finalmente fue dejado en libertad.

  • El martes 06 de Diciembre del 2017 , en horas de la mañana, un reconocido paramilitar proveniente del municipio de Apartadó y quien al parecer está encargado de reunir a todos “puntos de información” (espías) que tienen los paramilitares en la zona, fue visto haciendo dichas reuniones a escondidas por ríos, quebradas y montes en las veredas de San José de Apartadó. Nuestra Comunidad de Paz es consciente de que cada día somos más estigmatizados y amenazados por toda esta estrategia paramilitar, pues cada minuto que pasa nuestra región es más controlada por estos grupos paramilitares criminales quienes cuentan con la aquiescencia, complicidad, protección y amparo de la brigada XXVII del ejército. A dicha Brigada el Gobierno la mantiene sólo para que “se haga la de la vista gorda” frente a los innumerables crímenes que perpetran los paramilitares; para que niegue que existen grupos paramilitares; para que en complicidad con el aparato judicial evite la judicialización de los paramilitares, sus cómplices y sus protectores; para que realice ficciones de control de grupos armados; para que amenace a los que denuncian y haga recaer la responsabilidad de todos los crímenes en quienes no denuncian porque no creen ni confían en tamaña podredumbre de Estado; para que esconda a los criminales; para que difunda por los medios masivos informaciones falsas, ya sea estigmatizando a quienes denuncian o ya encubriendo a quienes delinquen.

  • El Viernes 08 de Diciembre de 2017 en horas de la mañana hizo presencia un grupo de paramilitares fuertemente armados en la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó. Allí permanecieron por varias horas y después se fueron hacia el caserío de san José.

  • El lunes 11 de Diciembre de 2017 fue visto un grupo de paramilitares acantonados en la propiedad privada de un poblador de la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó. Allí permanecen aún, cuando se difunde esta constancia, sin ser molestados por ninguna autoridad.

Ya son demasiados los anuncios del paramilitarismo de querer acabar con nuestro proceso de vida comunitaria que hemos construido por más de 20 años. Somos conscientes de los riesgos que tomamos al dejar constancia de que hay un gobierno que protege el paramilitarismo y que a la vez los utilizan para que hagan sus trabajos sucios y de control sobre la población civil y sus tierras.

Hoy el campesinado se encuentra sin salida de un yugo paramilitar que cada vez desangra nuestra región con su presencia y sometimiento, pues han manifestado que tienen luz verde para matar a quien no se someta a sus proyectos en la zona y que para eso ya tienen en cada vereda un “punto” o informante que está pendiente para controlar y asesinar a todo el que estorbe sus caminos. Nuestro grito de auxilio hoy lo alzamos al mundo pues nunca pararemos de clamar por nuestra vida y la de los demás pobladores de nuestra región.

Agradecemos desde el fondo de nuestro corazón a todas aquellas personas y organizaciones del mundo que han creído en nuestras suplicas de auxilio y han respondido censurando la criminalidad de este Estado asesino. Les pedimos desde nuestro territorio que tanto queremos ver en paz, que no dejen de presionar con sus mensajes a este Gobierno cínico y sin alma, al que nunca le ha importado la vida de la población civil y que sólo mira por sus intereses.

21/11/2017 Atentados y atracos al orden del día en la política estatal

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de acudir al país y al mundo para dejar constancia de las últimas agresiones que hemos sufrido por parte de este Estado-Paramilitar que cada vez revela más su talante criminal.

Los asentamientos de nuestra Comunidad de Paz se están viendo cada vez más asediados por grupos paramilitares que desde hace más de 20 años se pasean por nuestras montañas con la arrogancia de quienes se sienten protegidos por el poder del Estado y su fuerza armada y que en esta coyuntura del “pos-acuerdo de paz” se han envalentonado aún más, afirmando que son la autoridad suprema de la región y que todo el mundo se les debe someter. Si bien nuestros asentamientos están marcados con vallas donde se enumeran nuestros principios y reglamentos de Comunidad ajena a la guerra, estos gestores del crimen violan, como fieras sin razón, apoyadas sólo en su fuerza bruta apalancada activa o pasivamente por las instituciones del poder de turno, nuestros más sagrados derechos.

¿Hasta cuándo seguirá el cinismo sin límites de este gobierno sordo y ciego, que no escucha ningún clamor de las víctimas y asiente con la mirada desviada hacia otras latitudes a las prácticas criminales de sus subordinados? Un Gobierno que no cesa de repetirle al mundo que “no existen paramilitares en San José de Apartadó ni en Colombia”, mientras éstos, al amparo de su encubrimiento y de sus falaces declaraciones, hacen de las suyas y vuelven añicos los derechos del pueblo. Ya no son solamente las vacunas, los informantes o “puntos” (como ellos los llaman), el reclutamiento forzado, la prohibición de denunciarlos, las amenazas, sino que ahora el descaro los ha llevado a salir a los caminos por donde transita la población civil con producciones agrícolas para robarle los dineros de la venta de sus pobres productos. Ahora, además, son estos grupos criminales los que deciden quién puede conservar la propiedad de sus lotes ancestrales y quién no. Estamos, realmente, cercados por demonios que gozan de toda la aquiescencia y tolerancia del Estado y de sus instituciones.

Nuestra Comunidad desde hace muchos años no cree en la justicia porque comprobó durante varias décadas que era corrupta y que sus “investigaciones” nunca producían resultados creíbles, pero cuando hemos analizado el porte, los comportamientos, los cortes de cabello, los vehículos en que se mueven y el estilo de movimientos de quienes le han hechos los últimos robos a nuestra Comunidad a mano armada y con alevosía, los encontramos muy similares a los de los miembros de la fuerza pública que cuidan la “seguridad” del Banco donde tenemos nuestra cuenta.

Los últimos hechos de los cuales dejamos constancia ante el país y el mundo son los siguientes:

  • El miércoles 25 de octubre de 2017 fue visto en la vereda Mulatos Medio, de San José de Apartadó, un reconocido paramilitar que actualmente está trabajando como punto de información en las veredas Mulatos y Resbalosa; allí estuvo por varias horas tomando fotos a las viviendas de los civiles y preguntando por miembros de nuestra Comunidad de Paz, especialmente por algunos que han sido amenazados de muerte.

  • El jueves 16 de noviembre de 2017 a las 8:50 de la mañana llegó un grupo de 7 paramilitares, entre ellos una mujer, al mando de alias “Darío y Pantera”, los cuales se paseaban a caballo sin que nadie los molestara en su recorrido, entraron a nuestro asentamiento Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos Medio de San José de Apartadó, allí preguntaron insistentemente por GILDARDO TUBERQUIA, miembro de nuestra Comunidad de Paz y de su Consejo Interno, y también preguntaron por las tierras que nuestra comunidad tiene para el trabajo comunitario, afirmando: ¿si las tierras son de la Comunidad por qué no las repartimos entonces? Dejamos claro que nuestra Comunidad ha adquirido algunas tierras, que son comunitarias y están a beneficio de los miembros de nuestro proceso de vida comunitaria. Ningún grupo armado nos va a imponer qué es lo que debemos hacer con nuestras tierras. Desde antes de ser constituida nuestra Comunidad de Paz, es claro que el paramilitarismo ha querido dominar la región con el apoyo de la fuerza pública para usufructuar todos sus recursos, amenazando a quien no se someta a su proyecto de muerte. Frente a este hecho y a otros que a diario ocurren en nuestra región hacemos responsable al Gobierno y a sus instituciones militares por lo que pueda pasarle a miembros de nuestra Comunidad o a otros pobladores de la zona.

  • Este mismo jueves 16 de noviembre de 2017, a las 10:00 horas, cuando venía de su finca ubicada en la Vereda El Mariano y llegaba al caserío de San José por el Río Mariano a recoger a su mamá en una bestia de carga, fue atacado a bala desde la base militar de El Mariano, a unos 200 metros, el joven JUAN DE LA CRUZ GUZMÁN SUCERQUIA, sufriendo varios impactos en su cuerpo y debiendo ser hospitalizado de inmediato. Juan de la Cruz fue desplazado forzadamente por los paramilitares en septiembre del 2015 de la Vereda Playa Larga de San José de Apartadó lo que lo obligo a comprar un predio en el Mariano, además es hijo de ERNESTO GUZMÁN, asesinado por los paramilitares en la vereda Playa Larga el 21 de septiembre de 2015 por negarse a venderles su finca. Aquí nuevamente se expresa la unidad de intereses entre militares y paramilitares.

  • Domingo 19 de noviembre de 2017 en horas de mañana llegó un grupo de paramilitares fuertemente armados a nuestro asentamiento en la vereda La Esperanza del Corregimiento de San José de Apartadó, allí entraron como perro por su casa violando la propiedad privada ya que la casa se encontraba sola, luego se alejaron y a varios minutos intersectaron a un poblador de la zona al que le manifestaron: ¿que en donde se encontraba el dueño de la finca de la comunidad de paz? ¿O fue que salió corriendo cuando nos vio? pues allá solo encontramos las brazas del fogón, ya que lo estamos buscando por que necesitamos arreglar un asunto con él, pues sabemos que ese hp aquí en La Esperanza y Gildardo Tuberquia En Mulatos son los que nos denuncian cuando nosotros pasamos por los fincas, pero ese fueguito se les acabó por que los vamos a sacar de sus casas como sea y por encima del que sea. Nuestra comunidad de paz por mas de 20 años hemos dejado constancia de la barbarie de la fuerza publica y los paramilitares que nunca se cansan de asesinarnos y amenazarnos y por eso nunca pararemos de informarle al país y al mundo sobre toda esta gran complicidad que hay entre la brigada XXI y el paramilitarismo que hoy controlan nuestra región.

  • En las últimas semanas nuestra Comunidad de Paz ha tenido conocimiento de un plan expuesto por miembros de la Brigada XVII ante pobladores del centro urbano de San José de Apartadó para usurpar dolosamente varios espacios comunitarios de nuestra Comunidad, abandonados bajo la violencia implantada por el entonces Presidente Uribe Vélez al militarizar nuestros espacios de vida y trabajo el 1 de abril de 2005. Según se nos ha informado, los militares pretenden colocar allí salones de encuentros y oficinas, violando flagrantemente las normas de las Naciones Unidas que protegen los bienes de los desplazados. Nuevamente dejamos constancia de que nuestra Comunidad de Paz tiene unas propiedades en el casco urbano de San José de Apartadó, así como también las tienen varias familias de nuestra Comunidad, espacios que quedaron abandonados el 1 de abril del 2005 pero con sellos y candados que fueron destruidos por militares y policías, al peor estilo de los ladrones. Nadie y menos a la fuerza pública puede tomarse unas propiedades que son bienes de una Comunidad forzadamente desplazada y de familias forzadamente desplazadas. Los PRINCIPIOS RECTORES DE LOS DESPLAZAMIENTOS INTERNOS, documento de las Naciones Unidas (E/CN.4/1998/Add.2), en su PRINCIPIO 21 establece: “La propiedad y las posesiones de los desplazados internos disfrutarán de protección en toda circunstancia, en particular, contra los actos siguientes: a) expolio; b) ataques directos o indiscriminados u otros actos de violencia; c) utilización como escudos de operaciones u objetos militares; d) actos de represalia; y e) destrucciones o expropiaciones como forma de castigo colectivo. La propiedad y las posesiones que hayan abandonado los desplazados internos serán objeto de protección contra la destrucción y la apropiación, ocupación o uso arbitrarios e ilegales”.

Agradecemos nuevamente a todas la diferentes personas y organizaciones, nacionales e internacionales, que nos han apoyado política y moralmente con sus fuertes voces de ánimo, y los invitamos para que nunca paren de presionar con sus cartas a este Estado-paramilitar, sordo y ciego, al que nunca le ha importado la vida del campesino.

22/10/2017 Doctrina militar criminal : negada pero vigente

Aunque hace muy pocos días habíamos enviado otra constancia de agresiones contra nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó, nos vemos en la urgencia de recurrir nuevamente al país y al mundo para compartirles nuevos episodios de nuestra tragedia.

Nuestra regiógn es cada vez más estigmatizada por este Estado-paramilitar que aún no ha sido capaz de desmantelar el fenómeno paramilitar y que además estos grupos ilegales son protegidos por las brigadas militares en la región del Urabá. Cansada está la población civil de tener que soportar toda clase de atropellos a su integridad familiar y personal.

Ya los paramilitares en diferentes veredas han anunciado que hay unos grupos de ladrones que están robando los bienes ajenos e interceptando en los caminos a quien pasa para robarle, ya es claro que el paramilitarismo está buscando limpiarse y mostrar una cara amable ante la población civil y para esto ha creado estos grupos que ya están robando en la zona y camuflàndose como delimcuentes comunes.

Por otra parte, el Estado sigue demostrando, de manera contundente, que su arraigada doctrina militar represiva, justificadora de crímenes de lesa humanidad y de prácticas de exterminio de todo movimiento social, sigue tan vigente como hace 50 años; no ha cambiado ni un ápice. Así lo ha evidenciado al estigmatizar nuevamente al fundador de San José de Apartadó, por el hecho de haber sido Concejal de la Unión Patriótica. Al mismo tiempo sigue demostrando que no es capaz de cumplir los acuerdos que firma, al reprimir violentamente a los cultivadores de coca, faltando a su promesa de no erradicar sin darles alternativas de sobrevivencia a los campesinos pobres que viven de ello por carencia de otra vía.

Los últimos hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:

  • El jueves 12 de octubre de 2017 un grupo de paramilitares uniformados y armados hizo presencia en el sitio conocido como El Barro, en la vereda Mulatos de San José de Apartadó, donde estuvieron explorando el terreno correspondiente a fincas de miembros de nuestra Comunidad de Paz.

  • El sabado 14 de octubre de 2017, un paramilitar se acercó a la vivienda de un integrante de nuestra Comunidad de Paz en el sitio El Barro y le manifestó que iba en búsqueda de quesos para comprar y que detrás de él venía toda la cúpula paramilitar.

  • El martes 17 de octubre de 2017, hubo un desembarco de militares entre el sitio El Barro y la vereda Cabecera de Mulatos, justo donde se encontraban los paramilitares desde varios días antes, sin que se produjera enfrentamiento alguno entre ambas fuerzas, reconfirmando una vez más la unidad de acción entre fuerza pública y estructuras paramilitares que siemrpe nuestra Comunidad ha denunciado, pues ha sido testigo de esta connivencia durante 20 años.

  • El mismo martes 17 de octubre de 2017, en horas de la noche, cuando una pobladora de la vereda La Unión subía desde San José hacia la vereda La Unión, luego de haber vendido sus productos en el mercado fue interceptada por por ladrones que le hurtaron el dinero de sus ventas, éste y otros robos que han estado ocurriendo en nuestra región han sido organizados por los mismos paramilitares que al final se lavan las manos diciendo que no fueron ellos.

  • El miércoles 18 de octubre de 2017, cuando un grupo de nuestra Comunidad se desplazaba por el sitio El Barro hacia Mulatos Medio, fue abordado por un grupo de militares, uno de los cuales preguntó si sabían dónde estaban “sus primos”, en alusión evidente a los paramilitares quienes andaban po ahí cerca. Al preguntarles si era que tenían familiares en la zona, respondió que sí tenían “amigos” y que tenían información de que estaban por ahí en esa zona. En realidad en esa zona estaban los paramilitares. El mismo militar intentó registrar información de los miembros de la Comunidad, propia de empadronamientos, lo cual está prohibido por la Corte Constitucional.

  • El jueves 19 de octubre de 2017, el contingente militar que había desembarcado el martes anterior en el sitio El Barro de la vereda Mulatos Medio, ubicó un centro de cultivos y procesamiento de coca y procedió a destruir y quemar todos los implementos y a capturar a todos los trabajadores, provocando una protesta general de los pbladores, pues se estaba incumpliendo el Acuerdo de Paz de La Habana, al erradicar violentamente y penalizar a los campesinos que viven de eso por necesidad, sin darles alternativa alguna de sobrevivencia. La protesta logró detener las capturas pero el problema de sobrevivencia quedó planteado dramáticamente.

  • En las últimas semanas ha sido público el cambio de nombre del Centro Educativo que funciona en el caserío de San José de Apartadó, antes llamado “El Mariano” y ahora, por decisión del Concejo Municipal, llamado “Centro Educativo Bartolomé Cataño”, haciéndole honor al fundador de San José de Apartadó, quien fuera Concejal de Apartadó por la Unión Patriótica y asesinado en 1996 por el ejército y los paramilitares. Sin embargo, el Alcalde de Apartadó, el Comandante de la Brigada XVII, otras instituciones de la fuerza pública y pobladores adictos a ellos, se han opuesto al nuevo nombre; el comandante de la base militar que funciona aledaña a dicho colegio, se ha reunido repetidas veces con los alumnos para pedirles que rechacen ese nombre, afirmando que Don Bartolomé era un guerrillero y terrorista, pues era miembro de la U. P. Esto evidencia una vez más que la perversa y criminal doctrina militar que ha llevado a estigmatizar durante 60 años a todo movimiento social y a todo grupo de oposición política, justificando el asesinato o la desaparición forzada de los militantes de todos esos grupos, es una doctrina que sigue más vigente que nunca. Brilla aquí la capacidad de mentira e hipocresía de la fuerza pública, pues mientras se confiesa “defensora de la democracia y de la Constitución” y niega tener unos principios y una doctrina criminal, la sigue aplicando con marcado fanatismo.

Nuestra Comunidad agradece nuevamente a quienes desde tantos rincones de nuestro país y de nuestro planeta nos siguen suministrando energía espiritual de resistencia.

13/10/2017 ojos cerrados … oídos sordos

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó recurre a la solidaridad del país y del mundo para dejar constancia de las últimas agresiones que hemos sufrido por parte de este Estado-paramilitar que cada vez revela más su talante criminal.

Es evidente el avance incontenible del paramilitarismo en la región. Las organizaciones campesinas de la región denuncian la presencia asfixiante del paramilitarismo, como fenómeno que sucede a la desmovilización de frentes de las FARC. Desde el pequeño comerciante hasta el gran empresario se sienten asfixiados por las vacunas que les imponen y por el control a la manera de pensar y de organizarse que llega hasta prohibir las denuncias de su presencia y a amenazar de muerte a quien los denuncie. Se sabe que los grandes empresarios de Apartadó les manifestaron a los militares que ya no aguantan más las vacunas, pero los militares siguen sin mover un dedo para impedir su presencia y sus acciones extorsivas.

Los últimos hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:

  • El domingo 1 de octubre de 2017 en la vereda El Porvenir, de San José de Apartadó, al amanecer, un grupo de ladrones no identificados hicieron presencia en varias viviendas de la población y robaron bienes como: aparatos eléctricos, instalaciones eléctricas y luego huyeron.

  • El jueves 5 de octubre de 2017 un numeroso grupo de paramilitares, provenientes del corregimiento de Nuevo Antioquia de Turbo, llegaron al sitio conocido como Cantarrana, ubicado entre las veredas de Mulatos Medio y La Esperanza, de San José de Apartadó, y se ubicaron allí, donde siguen haciendo presencia hasta hoy, identificándose como autoridades de la zona.

  • El viernes 6 de octubre de 2017, cuando un grupo de personas de la vereda La Esperanza iban a recoger una carne de una res recién sacrificada, fueron interceptados por un grupo de paramilitares quienes les preguntaron si eran de la Comunidad de Paz; como ellos callaron por miedo, los paramilitares les dijeron que eran muy jóvenes y que no deberían poner en riesgo sus vidas; que deberían retirarse de la Comunidad de Paz que se la pasaba haciendo denuncias sobre la presencia de ellos en la zona y por eso los tendrían que matar algún día.

  • El sábado 7 de octubre de 2017, pobladores de la vereda Arenas Bajas de San José de Apartadó percibieron nuevamente la presencia de un fuerte contingente de paramilitares en el sitio conocido como La Máquina, de Arenas Bajas, los cuales se desplazan continuamente por el cañón que comunica a Arenas Bajas con la vereda Caraballo de Turbo, zona donde llevan ya muchos meses de presencia armada, definiéndose como autoridad suprema de la zona, sin que las autoridades militares o policiales hagan nada para reprimirlos.

  • El mismo sábado 7 de octubre de 2017, sujetos en trajes civiles portando armas cortas llegaron a la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, de nuestra Comunidad y de Paz, ubicada en la vereda Mulatos Medio y durante varias horas estuvieron explorando el terreno y observando a las familias que allí viven, unos dentro de la finca y otros en los alrededores.

  • El mismo sábado 7 de octubre de 2017, en la vereda La Resbalosa, de San José de Apartadó, un informante puesto allí por los paramilitares, ha sido visto recorriendo las veredas aledañas buscando informaciones sobre cada familia que habita en la zona; este día abordó a un poblador amigo de la Comunidad y se presentó como paramilitar que representa al grupo armado en el control de toda la población del área.

  • El mismo sábado 7 de octubre de 2017, paramilitares que han venido haciendo presencia en el sitio Cantarrana de la vereda La Esperanza, lanzaron amenazas contra nuestra Comunidad de Paz afirmando que para ellos la Comunidad de paz es un estorbo porque denuncia su presencia y por ello el ejército sube a llamarles la atención y entonces ellos afirman que la Comunidad de Paz no quiere paz sino guerra, por las denuncias que hace, pues si quisiera la paz, no los denunciaría y aceptaría su dominación en la zona.

En estos casos no se trata de fenómenos nuevos. Todo esto viene siendo denunciado desde hace mucho tiempo. La Mesa de Diálogo de La Habana se vio obligada a dejar de lado las tesis del gobierno y de las fuerzas armadas de que “el paramilitarismo ya no existe” ante la enorme cantidad de denuncias que llegaban sobre sus crímenes, pero redactaron un documento que no tenido ningún efecto. Se puede decir que todas las instituciones del Estado: Presidencia, Ministerios, cuerpos legislativos, organismos de control, cortes, Fiscalía, Procuraduría, Juzgados, Defensoría, etc, están inundados de denuncias sobre sus acciones, pero no se percibe la más mínima voluntad política para perseguirlos. La connivencia del Estado con estos grupos es absoluta, ya sea por acción o por omisión.

Nuestra Comunidad de Paz agradece una vez más a todas las personas, grupos, organizaciones, comunidades, municipios o grupos de municipios, que nos dan fuerza moral para continuar en la resistencia ante la ignominia y les reafirmamos nuestra voluntad de no claudicar.

30/09/2017 Camuflajes de la delincuencia estatal

De nuevo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de acudir al país y al mundo para dejar constancia de las últimas agresiones que hemos sufrido por parte de este Estado-paramilitar que cada vez revela más su talante criminal.

El paramilitarismo en nuestra región ya ha consumido la mayor parte de las conciencias de la población, y no porque el campesinado haya decidido unirse a este proyecto por su propia voluntad sino por el sometimiento forzado por estas estructuras paramilitares. Aquí nadie decide ni usa sus recursos monetarios sin antes haber pagado una vacuna; forzadamente someten a la población civil a escudarlos y a no informar de ello a las organizaciones sociales que denuncian su presencia; es claro, además, que están obligando al agricultor humilde a trabajar para ellos como informante a su favor.

Culpable es el gobierno que ha dejado que esta y otras regiones en Colombia sean sometidas por los paramilitares. Hoy las brigadas militares que tienen jurisdicción en esos lugares mantienen una alta complicidad con el paramilitarismo y esto conlleva a que estos grupos armados manejen el territorio a su antojo, coloquen sus puestos de control y sus bases permanentes donde quieren.

Ya en la zona hay muchos grupos de ladrones que son conformados por los mismos paramilitares para que hagan su trabajo de hurtos, amenazas, asesinatos y no los impliquen como paramilitares, tratando de limpiar así la imagen del Gobierno, el cual se refiere a este problema como si fuera un tema del posconflicto y cuyo origen sería la misma población civil. Tal es el cinismo de un Estado que permite con esos métodos que nuestra región siga sometida por el paramilitarismo; que no solo se cobren vacunas que superan los 300.000 (trescientos mil pesos) por semana sino que también se hayan multiplicado los informantes al servicio de la Brigada XVII y los paramilitares que ya están armados y con muy buenos radios de comunicación para informar y recibir órdenes en contra de nuestra Comunidad de Paz y de la población de la región en general.

Los últimos hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:

· El sábado 26 de agosto de 2017, en horas de la mañana llegó un grupo de por lo menos 20 paramilitares a la vereda Miramar, del corregimiento de San José de Apartadó; allí interceptaron a varios pobladores a los cuales amenazaron manifestándoles: “ya ustedes nos vieron aquí, mucho cuidado con ir a informar nuestra presencia, porque no perdonamos a los sapos que hagan público que nosotros estamos aquí o que corran a informarle a la comunidad de paz para que estos nos pongan en evidencia”.

· El jueves 14 de septiembre de 2017, en horas de la tarde, llegaron a la vereda La Esperanza, del corregimiento de San José de Apartadó, varios sujetos que se identificaron como paramilitares, allí les advirtieron a los pobladores: “no queremos que dejen las casas solas porque no responderemos por lo que se les pierda, pues hay varios grupos de ladrones que están robando en las propiedades ajenas”. Nosotros, la población civil, sabemos muy bien que los verdaderos ladrones que están robando y sometiendo son los mismos paramilitares que han estado formando estos grupos para realizar los trabajos sucios y después decir que no fueron los paramilitares.

· El miércoles 20 de septiembre de 2017, hombres armados que se identificaron como paramilitares hicieron presencia el la Vereda el Porvenir del Corregimiento de San José de Apartadó, allí llegaron y tomaron por barios minutos a pobladores que se encontraban sembrando maíz en sus parcelas y les interrogaron manifestando: ¿quien de los que están trabajando aquí son de la comunidad de paz?, los campesinos respondieron que ninguno era de la comunidad de paz, que si la conocían pero que no hacían parte de ella. Después de un rato los dejaron en libertad y se internaron en la montaña.

· El jueves 21 de septiembre de 2017 fue visto un fuerte grupo de paramilitares en la vereda La Esperanza, del corregimiento de San José de Apartadó, allí se acercaron a las viviendas de los civiles a invitar a la gente para una reunión muy próxima, manifestándoles: “pues traemos muy buenos proyectos para la zona y especialmente para los jóvenes, por lo que queremos buscarlos para proponer nuestros proyectos, por ejemplo, sobre cómo trabajar para nosotros y proyectos de deportes, y poder así realizar un campeonato de futbol con ellos”.

·El Viernes 22 de Septiembre de 2017, en horas de la mañana, llegó un grupo de paramilitares a la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartado, allí interceptaron a varios pobladores para manifestarles las mismas ideas sobre los mismos proyectos que ya el día anterior habían expuesto en la vereda La Esperanza. Luego se instalaron y permanecen aún en un puesto de control para quedarse allí por meses, sin ser molestados por la fuerza pública. Es claro, que el avance paramilitar por la veredas es cada vez es mas evidente, pues tanto militar como civiles informantes están interceptando a la población civil que esta fuera del conflicto armado, para amenazarlo y someterlo al individualismo, buscando ser una zona mas vulnerable y débil a favor de los megaproyectos que tiene el Estado sobre la explotación minera por medio de empresas extranjeras.

· El martes 26 de septiembre de 2017, en hora se la tarde un grupo de paramilitares que viene haciendo presencia en la Vereda la Esperanza del Corregimiento de San José de Apartadó entraron sin permiso a un establecimiento de villares y ventas de refrescos y se tomaron el lugar, allí usaron los villares y tiraron todo como si fueran los dueños de este espacio, todo esto creó un pánico en algunas familias que tuvieron que irse a dormir a otro lugar lejos de la presencia de estos hombres armados, en este lugar permanecieron por barias horas de la noche, después se retiraron.

El sometimiento a nuestra población nunca ha cesado; de una u otra manera los paramilitares, con el apoyo de los gobiernos locales y nacionales, busca someter a los campesinos. Se han basado en las amenazas de obligar a la juventud a trabajar para ellos y a cambio les realizan campeonatos de futbol o les ofrecen sumas de dinero para que los tengan bastante informados y para que realicen trabajos sucios para ellos.

En los últimos días se ha notado que ya hay muchas personas que están trabajando para el paramilitarismo, pues están cargando consigo radios de comunicación de uso privativo y portando armas cortas; se han dejado descubrir de los demás campesinos porque la población civil nunca ha estado enseñada a portar materiales de guerra; los vinculados a esas labores piensan que es lo mejor que están haciendo, aparentan ante los demás o intimidan a la gente dentro del mismo territorio.

Nuevamente agradecemos a todas la diferentes personas y organizaciones, nacionales e internacionales, que nos han apoyado política y moralmente con sus fuertes voces de ánimo, y los invitamos para que nunca paren de enfrentar con sus comunicados y cartas a este Estado sordo al que nunca le ha importado la vida del campesino.

29/08/2017 Reciclamientos de una violencia contumaz

Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó, preocupada en extremo por

lo vivido en los últimos meses, quiere dejar constancia ante el país y el mundo de

la degradación que se vive en la región, efecto de las estrategias políticas del

Estado y del Establecimiento en esta coyuntura en que se ha firmado un cese de

fuego con un movimiento insurgente, si bien en un mar de incoherencias e

incumplimientos.

1. La violencia que ha afectado a la zona en la cual se inscribe nuestra

Comunidad de Paz, estuvo determinada durante muchas décadas por la

presencia de frentes guerrilleros y al mismo tiempo por estrategias

represivas criminales de parte de la fuerza pública y una red enorme de

estructuras paramilitares que contaron siempre con la incentivación,

asesoría, tolerancia y protección de la fuerza pública. La represión criminal

contra la población civil, que produjo muchos centenares de muertos,

torturados, víctimas de montajes judiciales y falsos positivos y de otras

numerosas violaciones de los derechos fundamentales, se apoyó siempre en

el mecanismo de considerar como insurgente a todo inconforme o miembro

de cualquier movimiento u organización social. Al desmovilizarse la

guerrilla de las FARC, se ha podido comprobar que las estructuras

paramilitares, estrechamente ligadas a la fuerza pública, han querido copar

los espacios dejados por dicha guerrilla y tratar de dominar todo el

territorio del corregimiento. Esto ha sido concomitante con una nueva

incentivación de los cultivos de coca, actividad que está sirviendo de apoyo

financiero al paramilitarismo. Para un control más riguroso de la zona, los

paramilitares están estableciendo puntos de informantes a su servicio en

todas las veredas y exigen que las comunidades los designen como

miembros de las juntas comunales. Ya en una de las veredas, la presencia de

dichos informantes ha provocado un desplazamiento forzado. Es claro que

los paramilitares están dotando a dichos informantes de armas, lo que

implica una nueva extorsión violenta sobre las comunidades, y también hay

casos evidentes de reclutamiento de menores. La financiación del

paramilitarismo en su nueva expansión, está recurriendo también a

impuestos ilegales o “vacunas”, que los propietarios de ganado, carniceros,

comerciantes y trabajadores deben pagarles, pero también la gente del

común es forzada a vincularse a sus proyectos productivos para luego

aportarles también impuestos. Es evidente la vinculación de muchos

campesinos de la zona, en diversos grados, y no pocos por temor o por la

presión de la supervivencia, a dichas estructuras o proyectos paramilitares.

Incluso han infiltrado los espacios de nuestra Comunidad de Paz con

intención de reclutar a uestros integrantes para sus proyectos o al menos

como puntos de información.

2. Por otra parte se han multiplicado visitas a la zona de altos funcionarios del

Estado, como el Vicepresidente, algunos parlamentarios, autoridades

militares, el Alcalde, defensores, procuradores, siempre acompañados por

periodistas cooptados, estrategia que tiene por objetivo evidente dar una

imagen positiva de la zona y negar todas las estrategias paramilitares y

represivas. Se aduce que como en los últimos tres años no ha habido

muertos, entonces la región “se encuentra en paz”, cerrando los ojos al

dominio paramilitar; a las amenazas y planes de exterminio de la

Comunidad de Paz y a las estrategias difamatorias contra quienes, como

nuestra Comunidad, no dejamos de denunciar las atrocidades.

3. Desde hace varios meses se percibe, por parte de la Brigada XVII del Ejército

y de las estructuras paramilitares, un afán de calumniar y estigmatizar el

acompañamiento internacional, que ha constituido la principal protección

con la cual ha contado nuestra Comunidad de Paz, ya que de parte de las

instituciones del Estado sólo hemos recibido agresiones, siendo víctimas

permanentes de modalidades de persecución, exterminio y genocidio. El

Comandante de la Brigada ha elaborado falsas versiones de intervenciones

de los acompañantes y las ha transmitido a otras instituciones del Estado y a

la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos; ha tomado

fotografías y datos de identidad de algunos acompañantes, contra toda

norma legal, y los ha difundido en documentos de circulación

interinstitucional con la intención no disimulada de que la Cancillería

restrinja sus actividades de acompañamiento. En concomitancia con esto, los

paramilitares han venido anunciando, cada vez con mayor énfasis, su

decisión de atentar contra los acompañantes internacionales en la medida en

que éstos impidan el desarrollo de sus planes. Recientemente, en cercanías

de un retén militar, asaltaron a miembros del Consejo Interno de nuestra

Comunidad quienes se movilizaban en un vehículo de servicio público y les

robaron, a mano armada, el dinero producto de la comercialización

comunitaria del cacao; cuando los acompañantes internacionales

protestaron, lanzaron una amenaza directa contra ellos, anunciando que si

van a estorbar sus planes, atentarán contra ellos para sacarlos de en medio.

Esta amenaza que se ha repetido con frecuencia por parte de los

paramilitares, mira a destruir la protección moral, la única que nuestra

Comunidad ha aceptado, rechazando las protecciones armadas que el

Estado ofrece pero que desconocen el principal de nuestros principios

fundantes que es el rechazo a usar armas y a colaborar o convivir con

cualquier actos armado.

4. Podríamos decir que nos encontramos en una situación similar a la de 1997,

cuando era evidente que el único proyecto que tenía viabilidad para la zona

era el de dominio y control absoluto del paramilitarismo sobre la vida, la

economía, la política y la cultura de la población de la zona. El Estado, por

supuesto, no lo afirmó así en ninguno de sus documentos o expresiones

públicas pero sí lo afirmó rotundamente en sus prácticas, principalmente en

la politización sesgada de su aparato judicial, en las omisiones de los

Presidentes y sus oídos sordos a los clamores de las víctimas, en la

connivencia y unidad de acción de su fuerza pública con el paramilitarismo

y en sus política de negar todo lo que lo pueda comprometer, ocultando la

realidad trágica y dolorosa de las víctimas y elaborando estrategias de

solución que no tocan para nada las raíces de los crímenes sino que las

silencian, las niegan y las encubren. Ahora se evidencia que son los mismos

criterios los que se imponen: los soldados han repetido por las veredas que

no van a perseguir a los paramilitares sino a los que los denuncian y eso es

lo que se comprueba en la práctica. Los paramilitares, por su parte, se

sienten seguros y asumen una actitud arrogante como queriendo afirmar

que “son Estado” y que no hay nada que hacer contra ellos; que la única

actitud sensata es callarse y aceptarlos como suprema autoridad de la zona,

mientras ellos amenazan, dominan y saquean los bienes de subsistencia de

los campesinos.

Si todo esto contrasta con el discurso oficial y el de los medios masivos de

información, por ello justamente queremos denunciar y compartir nuestros análisis

y nuestra preocupaciones con aquellos que aún creen en la dignidad humana y que

han apoyado nuestra resistencia durante varias décadas, a los cuales les reiteramos

nuestra inmensa gratitud.

15/08/2017 cuando ya no denunciemos muertos nos arrancarán todos los demás derechos (Principios del posconflicto)

De nuevo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la

necesidad de acudir al país y al mundo para dejar constancia de las últimas

agresiones que hemos sufrido por parte de este Estado-paramilitar que cada vez

revela más su talante criminal.

Ya es demasiado grande el cinismo de las instituciones del Estado al querer

mantener este fenómeno paramilitar en la región de San José de Apartadó, pues

sus agentes y responsables salen en los medios masivos de comunicación a

argumentar que es una región en paz y sin homicidios. Sólo la población civil

campesina que ha luchado pacíficamente durante varias décadas en esta zona,

sabe cómo es el vivir de cada día frente a esta arremetida paramilitar, claramente

protegida por las diferentes brigadas del ejército que tienen a cargo esta región.

Para el gobierno no existen los paramilitares y así se la pasan diciendo en el país

o en cada visita que hacen al corregimiento de San José de Apartado, pero ya es

claro que el gobierno necesita estas estructuras paramilitares para poder tomarse

por la fuerza la tierra y llevar al exterminio a las organizaciones sociales que allí

existimos, pues ¿cómo es posible que haya paramilitares que se instalan en las

veredas y permanecen por más de tres meses en un solo lugar y no son molestados?

¿Y que al mismo tiempo las tropas militares patrullen por esas veredas y no

encuentran a nadie? Eso deja en evidencia la complicidad que hay entre el

ejército y los paramilitares.

Los últimos hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:

· El martes 01 de agosto de 2017, nuestra Comunidad fue informada sobre un

nuevo plan de exterminar nuestro proceso de vida por parte de los paramilitares.

Esta vez arremeten contra nuestros equipos de acompañamientos internacional, al

manifestar que hay que asesinar a dos o tres de nuestros acompañantes si

interfieren en sus propósitos. Dicha amenaza está siendo lanzada desde hace

varios días en el municipio de Apartadó. Es sabido que son estos paramilitares

protegidos por las instituciones del Estado

(sobre todo por la Policía y el Ejército) llevan varias semanas buscando formas

de cómo robarse los dineros de los productores de cacao de nuestra Comunidad y

al mismo tiempo asesinar a “los gringos” que nos acompañan si se atraviesan en

sus criminales planes.

· El jueves 03 de agosto de 2017, en horas de la mañana, fue visto un grupo de

paramilitares de civil y portando armas cortas en el camino que conduce de la

vereda La Esperanza hacia la vereda Las Nieves, del corregimiento San José de

Apartadó. Luego en la tarde este mismo grupo ya se encontraba de regreso pero

esta vez llevaba un arreo de mulas con cargas de fusiles y equipamiento militar.

Al parecer este arsenal fue el que dejaron los mismos paramilitares en días

anteriores, cuando hubo un supuesto combate entre militares de la brigada 17 y

paramilitares en Las Nieves, combate en el cual no hubo capturas ni incautación

de armamento.

· El viernes 04 de agosto de 2017 fue realizado en San José de Apartadó un acto

público de verificación en el cual participaron varias instituciones del Estado que

fueron coordinadas por el Vicepresidente de Colombia, Oscar Naranjo. Tal visita

hace parte de toda la estrategia del Estado para apaciguar el fenómeno

paramilitar, pues el resultado de tal visita fue que se informara que no ha habido

homicidios en los últimos tres años. Es claro que el Estado está bien coordinado

con estos grupos paramilitares para que los hagan quedar bien frente a

organizaciones internacionales y movimientos sociales, al no cometer un

asesinato que llegue a perjudicar la transparencia del gobierno. Le recordamos,

Señor Vicepresidente de Colombia, que la zona de San José de Apartadó está

siendo esclavizada por el paramilitarismo; están robando las pertenencias de la

población civil; están amenazando de muerte a quien no acepte trabajar para

ellos; es obligatorio pagar vacunas y aceptar a la fuerza los puntos de

información (o sea las estructuras de espionaje de su confianza) que ellos quieran

poner en las veredas y quien no lo acepte se tiene que atener a las consecuencias.

No solo es homicidio cuando asesinan a alguien, pues todo esto que está pasando

con el campesino es peor que un homicidio, pues nadie es libre para estar en su

propio territorio porque es controlado por los militares y paramilitares quienes

someten a la población a sus antojos, a sus caprichos, a sus intereses que suelen

ser de negocios sucios y criminales y, en general, a que ellos sean los dueños de

la vida y decidan cuándo tiene uno derecho a vivir y cuándo no. Nuestra

Comunidad, Señor Vicepresidente, lleva 20 años bajo sus hostigamientos y

amenazas y ya han eliminado a varios centenares de nuestros compañeros

quienes decidieron con nosotros no aceptar el yugo de someternos a los intereses

de la guerra.

El sábado 05 de agosto de 2017, en horas del día, un sujeto identificado como

paramilitar llegó a la vereda La Resbalosa, del corregimiento de San José de

Apartadó. Dicha persona llegó y sin pedir permiso se instaló en la vivienda de un

campesino de la vereda. Allí permanece sin que nadie lo moleste por temor a ser

amenazados por los paramilitares, pues ellos ya habían anunciado en días

pasados que la población civil tendría que aceptar y recibir a estos “puntos de

información” (informantes o espías que ellos quisieran colocar) y además

inscribirlos en la vereda como miembros de la junta de acción comunal.

En los ultimos días se ha visto con frecuencia el tránsito de mulas cargadas con

alimentación para los paramilitares que están ubicados en las diferentes bases en

las siguientes veredas: Arenas Bajas, El Porvenir y La Resbalosa, y al mismo

tiempo los helicópteros cargando alimentación para las tropas militares que

tambien están en esas veredas.

Nuestra Comunidad de Paz nunca dejará de denunciar que tenemos un gobierno

que legitima el paramilitarismo y que utiliza este brazo ilegal para cometer toda

clase crímenes en contra de la población civil. Sabemos y somos conscientes de

los riesgos que enfrentamos al denunciar la barbarie perpetrada por la fuerza

pública con sus brazos paramilitares, pero aún así seguiremos adelante en este

proceso de vida y nunca callaremos ante un Estado que solo vela por sus propios

intereses.

Agradecemos a todas la diferentes personas y organizaciones, nacionales e internacionales,

que nos han apoyado política y moralmente con sus fuertes voces de

ánimo, y los invitamos para que nunca paren de enfrentar con sus comunicados y

cartas a este Estado sordo al que nunca le ha importado la vida del campesino.

02/08/2017 La delincuencia en el poder

Nuevamente nuestra comunidad de paz se ve en la necesidad de dejar constancia ante el país y el mundo de los últimos hechos que siguen atentando contra nuestro proceso de vida y contra los derechos de la población campesina de nuestro entorno.

Nuestra comunidad ha podido comprobar en los últimos días la existencia de varias bases paramilitares ubicadas en diferentes veredas de San José de Apartadó. Desde hace varias semanas los paramilitares ubicaron unos puestos de control en las veredas El Porvenir, La Resbalosa, Rodoxalí, Arenas Bajas, Playa Larga, La Esperanza y Naín; desde allí están cometiendo toda clase de actos de barbarie contra la población civil, tales como allanamiento de las viviendas, robos de los animales, de dinero y de pro-ductos de alimentación.

La Fuerza pública supuestamente está patrullando las veredas para contrarrestar el paramilitarismo, pero nunca va allí donde están estos grupos paramilitares, pues los militares solo se dedican a agredir a la población civil allanando sus casas y empadronando a la gente como si los campesinos fueran los paramilitares. Durante muchos años los militares trataban al campesino de “guerrillero” para poderlo acusar, detener, torturar y matar; ahora que la guerrilla ya se desmovilizó y el gobierno les exige resultados ficticios contra los paramilitares que siempre han sido sus aliados, persiguen a los mismos campesinos y los acusan de paramilitares para poder mostrar esos resulta-dos, pero dejando tranquilos a los verdaderos paramilitares. Causa náuseas morales tanta podredumbre del poder.

No alcanzamos a explicarnos cómo es posible que los paramilitares patrullen por las veredas sin ser molestados por ninguna autoridad, pues al mismo tiempo hay tropas militares en las zonas y sin embargo los paramilitares recorren tranquilamente todos los espacios en grandes grupos que son coordinados desde los puntos de control ya ubicados en las veredas. Estas estructuras paramilitares se dedican a penetrar en las viviendas de los campesinos violándoles su privacidad y obligándolos a trabajar para ellos; es claro que tanto paramilitares como militares están unidos para estigmatizar a la población civil y someterla a sus proyectos de terror y muerte.

Los últimos hechos son los siguientes:

· El sábado 15 de julio de 2017, en horas del día, se presentaron allanamientos por parte de grupos paramilitares en varias viviendas de los campesinos de las veredas La Esperanza y Mulatos, del corregimiento de San José de Apartadó; de allí se llevaron los productos de alimentación, prendas de vestir y los dineros de los campesinos, lo demás que no les servía lo tiraron y lo pisotearon. Todo esto fue coordinado desde el día anterior, cuando realizaron un simulacro de combate entre el ejército (Brigada XVII) y paramilitares, simulacro protagonizado por dicha Brigada, pues en el supuesto combate no se informó de capturados ni de incautación de armas de ninguna clase, por el contrario, sí se organizaron para saquear las propiedades privadas de los campesinos y, por ende, para robarles y violarles todos sus derechos.

· El miércoles 19 julio de 2017, en horas de la mañana, un grupo de militares lle-gó a la vereda La Unión del corregimiento de San José de Apartadó donde co-menzaron a tomarse las viviendas de los pobladores para censar ilegalmente a la población civil. ¿Será que la Brigada XVII y demás instituciones del Estado piensan que los campesinos son los paramilitares? Es claro que los gobiernos locales cubren el paramilitarismo y para esto censan a la población civil campe-sina para así poder llevar a cabo procesos judiciales en personas protegidas, de modo que el paramilitarismo siga tranquilamente delinquiendo en la región. Dichos empadronamientos están explícitamente prohibidos por la Corte Consti-tucional en su Sentencia C-1024/02 del 26 de noviembre de 2002.

· El domingo 23 julio de 2017, a la 11:00 horas, un grupo de paramilitares hizo presencia en una de las propiedades privadas de nuestra Comunidad de Paz, en la vereda Mulatos Medio, del corregimiento de San José de Apartadó; allí permanecieron por varias horas junto a la vivienda de un integrante de nuestra Comunidad.

Ya son muchas las acciones de sometimiento que se sufren en las veredas de San José de Apartadó, pues gran parte de los campesinos manifiestan estar muy angustiados en sus fincas porque están siendo sometidos a robos de sus objetos personales, de los animales y daños en sus producciones agrícolas; de igual manera son obligados a trabajar para el paramilitarismo y el que se niegue, es entonces amenazado.

Sabemos del plan de exterminio que hay en contra de nuestra Comunidad de Paz por parte de los paramilitares coordinados con las brigadas del ejército; ya son muchas las amenazas que hay en contra de nuestro proceso; todo esto lo sabemos porque los mismos paramilitares han informado a la población civil, repitiendo que, “a esa comunidad hay que acabarla porque es un estorbo y no permite el desarrollo que traemos nosotros los para-militares” y de igual manera manifiestan: “Estamos coordinados con los militares para que nos dejen hacer nuestro trabajo en la zona”. Por eso es que hay unas bases paramilitares en las veredas y la Brigada XVII del ejército no los persigue; es una alianza que ha llevado al campesino a ser esclavo en su propia tierra.

¿Hasta cuándo el gobierno nacional va a encubrir toda esta infamia? Después de tantos años de sufrir persecución, ¿hasta cuándo el campesino seguirá siendo victimizado? ¿Y hasta cuándo la población civil va a ser obligada a financiar la persecución que sufre, obligada a pagarle impuestos a los paramilitares? ¿Por qué nadie hace nada para frenar

este horror en un país donde ya no hay duda que el poder está en manos de una delincuencia sin tapujos?

Nuestra comunidad nunca dejará de denunciar esta barbarie ante el mundo, con la esperanza de que tanta ignominia no pueda subsistir.

Agradecemos a todas las personas que desde muchos lugares del mundo, con sus mensajes solidarios y sus voces de ánimo, nos siguen acompañando sin importar si es de día o de noche, apoyándonos moral y políticamente en estos momentos tan difíciles para nuestra Comunidad de Paz.

20/07/2017 ¿Hasta cuándo tendremos que soportar esta ignominia?

Acudimos nuevamente a la gente sensible de nuestro país y del mundo, como Comunidad de Paz de San José de Apartadó, para dejar constancia de los últimos hechos que siguen atentando contra nuestro proceso de vida y contra los derechos de la población campesina de nuestro entorno.

El Gobierno colombiano declara constantemente que va a combatir el paramilitarismo en la regiones del país, pero todo ha sido una gran mentira, pues es evidente que las brigadas del ejército no hacen nada para frenar este fenómeno, por el contrario, realizan falsos combates para fingir que sí los están persiguiendo y luego terminan reuniéndose con los jefes paramilitares en la montañas.

Ya son muchas las estrategias de terror que pesan sobre la región de San José de Apartadó, pues cada vez es más difícil ser libres parar trabajar en nuestras parcelas, dado que hoy en día la población está más limitada para decidir cómo vivir en el territorio, porque es obligada a someterse a este proyecto de Estado-paramilitar y a soportar sus órdenes de sometimiento, acomodándose a sus propósitos de dominar la zona.

Estas estructuras paramilitares se dedican a penetrar en las viviendas de los campesinos violándoles su privacidad y obligándolos a trabajar para ellos, prestando servicios como puntos de información, es decir, convirtiéndolos en informantes y espías a su servicio, y obligándolos de igual manera a cocinarles sus alimentos y a guardarles en sus casas sus materiales de guerra. Si alguna persona se resiste a colaborar, es amenazado de muerte, muchas veces junto con su familia.

Los últimos hechos son los siguientes:

  • El lunes 10 de julio de 2017, en horas de la mañana, un fuerte grupo paramilitar hizo presencia en los límites de las veredas El porvenir y La Esperanza, de San José de Apartadó. En esta ocasión llegaron a una casa y profirieron amenazas contra nuestra Comunidad, preguntando si por ahí no habían cruzado miembros de esa h. p. comunidad de paz que los habían echado en días anteriores de La Esperanza, y añadieron: “eso no se va a quedar así, pues la comunidad de paz no sabe lo que le espera, porque vamos a ver quién es el que va a mandar en la región, si ellos o nosotros”. De igual manera manifestaron: “no le vamos a perdonar a esa comunidad porque por culpa de ella nos han capturado miembros de nuestro grupo y eso lo van a pagar caro porque tenemos la orden de matar a todo el que haga parte de esa comunidad, pues no todo el tiempo van a andar con esos gringos; llegará el momento en que nos los encontremos solos y así acabaremos de una vez por todas con ese estorbo para nosotros”

  • El miércoles 12 de julio de 2017 un grupo de paramilitares de por lo menos 30 hombres con prendas militares y portando armas largas llegaron a la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartadó, allí tomaron a un poblador de la vereda, lo amenazaron de hacerle algo si no aceptaba trabajar para ellos y le advirtieron: “no lo queremos ver aliado con la comunidad de paz si no quiere que le pase lo que tenemos planeado para esa hp comunidad de paz”.

  • El jueves 13 de julio de 2017 a las 15:00 horas, una tropa del ejército, de la Brigada XVII, llegó a la vereda El Porvenir, de San José de Apartadó; allí tomaron prisionero a un campesino, lo maltrataron haciéndole quitar la ropa y tratándolo de “paramilitar”, acusándolo de estar por ahí informando sobre la presencia de la fuerza pública. ¿Cómo es posible que el campesino tenga que pagar por lo que hacen los paramilitares cuando éstos son los que lo agreden continuamente? Pero, además, ¿cómo lo acusan, de manera tan contradictoria, de informar a los paramilitares sobre la presencia del ejército, cuando todo el mundo sabe que militares y paramilitares están estrechamente coordinados? Nadie entiende que el ejército esté acusando a los campesinos de paramilitarismo cuando es sabido, -pues así lo han manifestado- que los militares no persiguen a los paramilitares? Se percibe allí el desconcierto de unas tropas que siempre han acusado al campesinado de ser guerrillero, pero ahora que no hay guerrilla no saben de qué acusarlo, y lo acusan de paramilitarismo para fingir que persiguen a los paramilitares. ¿Hasta cuándo tanto cinismo de la instituciones del Estado? Después de tantos chantajes, lo dejaron en libertad.

  • El viernes 14 de julio de 2017, a las12: 00 horas, cuando un grupo de trabajo de nuestra Comunidad de Paz se disponía a salir desde la vereda Mulatos Medio, del corregimiento de San José de Apartadó, hacia San Josecito, fueron interceptados en el río Mulatos por un grupo armado, al parecer del ejército, pues no tenían insignias que los identificaran; allí fueron sometidos ilegalmente a un retén donde les requisaron sus objetos personales, tales como bolsos con ropa, bolsas con productos de alimentación y los bultos de maíz que traían en una mula; de igual manera tomaron sus cédulas y los empadronaron registrando sus nombres y sacándoles fotos a sus documentos de identidad.

  • Ese mismo viernes 14 de julio de 2017, a las 16: 00 horas, se presentaron combates por espacio de 15 minutos entre el ejército y los paramilitares en la vereda Las Nieves, del corregimiento de San José de Apartadó. De nuevo se dejó ver un simulacro protagonizado por la Brigada 17, pues en el supuesto combate no hubo capturados ni incautación de armas de ninguna clase. Todo está preparado para que la población civil crea que sí van a combatir a los paramilitares que se han estado tomando la región. Sabemos claramente, por confesión de los mismos paramilitares, que ellos no son enemigos del ejército y que por el contrario, están coordinados para dominar a la población a su antojo. Después estos mismos paramilitares fueron vistos en las veredas Buenos Aires, La Unión, Mulatos Cabecera y Mulatos Medio, con toda su dotación y sin rasguño alguno.

  • El domingo 16 julio de 2017, en horas de la mañana, un reconocido paramilitar, portando uniforme militar y fusil de largo alcance, entró a nuestro asentamiento Aldea de Paz LUIS EDUARDO GUERRA, en la Vereda Mulatos Medio del Corregimiento de San José de Apartadó. Nuestra Comunidad le exigió respeto, pues nuestros asentamientos son propiedad privada y zonas neutrales ante cualquier grupo armado. Después de unos minutos, este paramilitar se retiró del lugar.

  • El miércoles 19 julio de 2017 , a las 18:50 horas, cuando cuatro miembros de nuestra Comunidad de Paz y un equipo de acompañamiento internacional transitaba en vehículo de servicio público (“chivero”) por la vía que conduce del área urbana de Apartadó al caserío de San José, fueron interceptados por dos paramilitares que transitaban en motocicleta y portado pistolas y revólveres; allí pararon el carro a escasos 500 metros de un puesto de control militar y obligaron a los pasajeros a entregar sus maletas. Los miembros de nuestra comunidad y nuestros acompañantes internacionales intentaron impedir el robo pero fue imposible, pues fueron amenazados de muerte si no entregaban sus pertenencias. Lastimosamente nos robaron los dineros con que íbamos a pagar a los productores que nos venden el cacao. Responsable es el Estado con sus instituciones militares y sus brazos paramilitares con presencia ininterrumpida en esta zona por más de 20 años sin que ninguna autoridad escuche nuestros clamores. ¿Cómo es posible que los ladrones se paseen armados por un puesto de control militar? Y más irónico aún, que roben frente a las narices de los militares? ¿Para qué tanta fuerza pública si al final se alían con los bandidos para cometer hurtos en las veredas, en las casas, en las vías de penetración y en los caminos que atraviesan nuestras veredas y asentamientos?

¿Hasta cuándo nuestra región tendrá que cargar con el terror de un Estado que permite que el paramilitarismo se afiance en lo profundo de nuestro territorio, donde además amenazan con exterminar a las organizaciones campesinas que no estén de acuerdo con sus proyectos de muerte? Responsable es el Gobierno nacional de que la zona se encuentre en tales deplorables condiciones, pues su complicidad con los grupos paramilitares es cada vez más evidente a los ojos del pueblo que sufre en la defensa de su tierra.

Muchos medios de comunicación hoy se prestan para que los alcaldes y gobernadores salgan a negar la existencia de los paramilitares en San José de Apartadó. Ya es claro que la Gobernación de Antioquia se niega a aceptar que el paramilitarismo se les salió de las manos al tratar de mantenerlo oculto. Les recordamos, Señor Alcalde ELIECER ARTEAGA, señores coroneles ANTONIO JOSÉ DANGON y JAVER SOLER, Señor Gobernador de Antioquia LUIS PÉREZ: los paramilitares están en San José de Apartadó amenazando, robando y obligando a la población a trabajar para ellos, y no son bandas de delincuencia común, BACRIM como ustedes los denominan en sus estrategias evasivas, son grupos grandes que caminan por las veredas como si fueran militares, portando uniformes y armas de uso privativo del ejército y se reclaman sus colaboradores y amigos, y afirman que todo el campesinado debe trabajar para ellos, mientras les cobran impuestos ilegales, les roban sus pertenencias, les imponen normas contrarias a sus principios, los amenazan de muerte y anuncian de manera persistente que nuestra Comunidad de Paz debe ser exterminada. Ustedes responderán por todo esto.

Nuestra comunidad de paz seguirá dejando constancias de estos y otros hechos sin importar las consecuencias de ello.

Agradecemos a todas las personas que desde muchos lugares del mundo, con sus mensajes solidarios y sus voces de ánimo, nos han venido acompañando sin importar si es de día o de noche, apoyándonos moral y políticamente en estos momentos tan difíciles para nuestra Comunidad de Paz.

12/07/2017 ¿podrá concebirse mayor cinismo?

De nuevo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de dejar constancia ante el país y el mundo de los últimos hechos en contra de nuestro proceso de vida y de los derechos de la población de nuestro entorno.

Ya hoy en día los militares patrullan por las veredas de San José y frecuentemente se reúnen con los grupos paramilitares; cuando no se pueden realizar esas reuniones, entonces se comunican con disparos al aire, significando que están ahí para no equivocarse y hacerse daño entre ellos, pues es clara la alianza que hay entre esas estructuras paramilitares y las brigadas del ejército. Es tanto el cinismo de los gobiernos locales al manifestar que no hay paramilitares en San José de Apartadó, que hay que preguntarse: ¿entonces estos grupos armados que le hacen tanto daño a la región y que superan los 50 hombres por vereda, cómo se llaman? Están llegando a las casas, robando animales y dinero y nadie dice nada porque las amenazas paralizan a la población. Ya son centenares de constancias las que hemos dejado sobre toda esta barbarie de opresión y de muerte que vivimos y no ha habido una sola medida para detener este fenómeno paramilitar; por el contrario, la fuerza pública se coordina con los jefes paramilitares para someter a los campesinos a sus intereses y a sus criminales proyectos. Los últimos hechos son los siguientes:

  • El sábado 24 junio de 2017 un grupo de paramilitares llegó a la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartadó. Al llegar interceptaron a varios pobladores a los cuales les manifestaron que ya tenían negociada una finca en la parte alta de la vereda para colocar allí una base de control paramilitar, le gustara al que le gustara. Luego se alejaron y se internaron en la montaña.

  • El viernes 30 de junio de 2017 un hombre que se identificó como paramilitar, portando arma corta y radio de comunicación, entró en nuestro asentamiento Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos, del corregimiento de San José de Apartadó, y allí preguntó: ¿cómo se llama este lugar? Los miembros de nuestra Comunidad que estaban allí le exigieron respecto, pues estaba ingresando armado a una propiedad de la Comunidad de Paz, explicándole que nosotros vivimos aquí y no convivimos en ningún momento con actores armados. Dicho paramilitar, ya enojado, preguntó por un hombre que tiene unos perros de oreja larga; por una señora que tiene dos hijas parecidas y por el presidente de la junta de acción comunal de la vereda, pues iba para donde ellos, donde se encontraba una tropa de paramilitares.

  • El domingo 2 de julio de 2017, a las 14: 40 horas, un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda La Resbalosa, del corregimiento de San José de Apartadó; allí reunieron a los pobladores y se presentaron como “Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”. Uno de ellos se presentó como jefe político encargado de convencer a los pobladores para sostener allí los puntos de información; otro se presentó como jefe de tropa, más conocido como “El Rayo”; otro se presentó como comandante de puntos. Luego presentaron a una persona de civil como “un punto” (informante) del sector La Rica, entre Naín y La Resbalosa, Córdoba. Dicha reunión fue forzada, violando todos los derechos de los campesinos. Les manifestaron que van a colocar un “punto” en la vereda, a lo cual la gente dijo que no, por todos los problemas que esto conlleva para población civil. La respuesta de los paramilitares fue: “gústele o no, vamos a colocar aquí un punto y si nos toca comprar un terreno y construir una casa para ubicar a nuestro informante, lo haremos, pero la junta de acción comunal tiene que ubicarlo como una familia más de la vereda; además no hay problema si lo capturan, pues tenemos todo coordinado con los militares y con la Fiscalía para que no dure más de 24 horas capturado. De igual manera reafirmaron que, “vinimos para quedarnos y queremos a todos organizados, trabajando para nosotros, por lo que no queremos sapos que anden informando sobre nuestra presencia”. Allí ofrecieron pagar bien a todo aquel que quiera trabajar con ellos, pues les dictaron los números de contactos para que informen cualquier presencia armada o civil que les haga tropiezo para tomarse las veredas, de igual manera arremetieron nuevamente en contra de nuestro proceso de Comunidad de Paz, manifestando que, ”por la comunidad de paz no hay que preocuparse porque ya están en el plan de exterminio, y en vez de brindarle información a la Comunidad en contra de nosotros mejor anden detrás de ellos sacándole información para nosotros”

  • El lunes 3 de julio de 2017 se realizaron desembarcos militares en las veredas La Esperanza, Mulatos y La Resbalosa, del corregimiento de San José; allí se pudo constatar una vez más la complicidad que hay entre estas estructuras paramilitares y la brigada 17 del ejército, pues durante los desembarcos los paramilitares hacían disparos al aire para que los helicópteros supieran dónde se encontraban ellos y nos les hicieran daño alguno.

  • El jueves 6 de julio de 2017 en horas del día, un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó, allí dejaron panfletos escritos en la pared de la escuela, en las cercas de los alambrados, encima de animales y árboles, resaltando el avance paramilitar; esos escritos llevan la sigla AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y añaden la consigna: “presente, y venimos para quedarnos”). al día siguiente las instituciones del Estado (ejército, policía y fiscalía) entraron a la vereda; entre ellos iban el Coronel Antonio José Dangón, de la Brigada 17 del ejército, y el Coronel de la policía de Urabá, Luis Soler. Allí nuevamente lo único que hicieron fue poner nuevamente a la población civil en riesgo, pues empezaron a censar a ls familias, entrando a las casas sin autorización, en una práctica proscrita por la Corte Constitucional y forzando a las personas a dar sus nombres. ¿Será que para la Brigada 17 la población civil son los paramilitares? Hasta dónde llegan los gobiernos nacionales y locales con tal de proteger a esos grupos paramilitares: dejan números de contacto para que informen de presencias armadas, cuando es claro que el campesino no está en la guerra y rechaza cualquier información que lo comprometa en el conflicto armado. Se pudo comprobar que la fuerza pública lo único que hizo allí fue cuidar los escritos dejados por los paramilitares y permanecer entre las casas de los civiles poniendo en riesgo a niños y a adultos que ahí viven. También acamparon en los cultivos de pan coger, dañando lo que con tanto esfuerzo el campesino cultiva. Después, por los medios de comunicación, salieron estos coroneles de la brigada y de la policía afirmando que todo está en calma; que no hay peligro en La Cristalina. Qué gran mentira!, pues es claro que en las veredas de San José hay una fuerte presencia de grupos paramilitares amenazando, robando, cobrando vacunas y colocando sus “puntos” de información para controlar las zonas.

  • El viernes 7 de julio de 2017 en horas de la mañana, fue realizado en San José de Apartadó un falso acto de perdón, por parte de un reconocido paramilitar que fuera el comandante del Bloque Héroes de Tolová, por la masacre del 21 de febrero del 2005 en Mulatos y La Resbalosa, de San José de Apartadó. Dicho acto dejó más confundidas a las víctimas, pues el paramilitar no dijo la verdad sobre los hechos ni respondió a las preguntas de las víctimas sobre los nexos existentes entre la Brigada 17 y funcionarios de la Presidencia en la masacre; su respuesta fue: “yo vengo muy limitado para responder”. Lo que dio a entender fue que todo fue coordinado por la brigada 17 y la policía, para que sólo contara lo que le convenía a las instituciones del Estado. También colocaron una falsa placa de reconocimiento de la masacre y de memoria de las víctimas, donde se lee: “En memoria de nuestros familiares que no olvidamos: Luis Eduardo Guerra, Beyanira Areiza Guzmán, Deiner Andrés Guerra Tuberquia, Alfonso Bolivar Tuberquia, Sandra Muñoz Posso, Natalia Tuberquia Muñoz, Santiago Tuberquia Muñoz y Alejandro Pérez Castaño, víctimas de la masacre de San José de Apartado ocurrida el 21 de febrero de 2005 en el marco del conflicto armado colombiano por el grupo paramilitar Bloque Héroes de Tolová. Porque en San José de Apartadó construimos armonía y paz”. Sólo se hizo referencia allí a la culpabilidad de los paramilitares y no se refirió a ningún funcionario del gobierno. Por esa razón nosotros nos preguntamos: ¿dónde está la culpabilidad de la Presidencia de la República y de la Brigada 17 que fueron los que ordenaron perpetrar esta masacre en conjunto con los paramilitares?

  • El lunes 10 de julio de 2017 , cuando Ruby Arteaga, integrante de nuestra Comunidad, se disponía a llegar a su casa en la vereda Mulatos, de San José de Apartadó, se encontró con que se habían entrado a su casa y le habían robado 50 kilos de arroz, 20 litros de miel de caña, 10 gallinas y un radio Sony FM-AM . Se le atribuye este hurto a los grupos paramilitares que son los que han estado haciendo presencia en las veredas, robando animales, dineros y mercados en la casas solas, pues los dueños se encuentran por fuera haciendo sus diligencias personales; además nunca se había perdido nada en Mulatos y desde que entraron los grupos paramilitares apoyados por la fuerza pública se han ido perdiendo los enseres de los campesinos.

  • El martes 11 de julio de 2017 nuevamente aparecieron los escritos de los paramilitares en paredes de viviendas campesinas. Esta vez fue en el propio caserío de San José de Apartadó donde amanecieron escritos en 25 viviendas y nadie vio a nadie. Además en este corregimiento hay una base militar y una estación de la policía a escasos 100 metros, ¿cómo es posible que un lugar tan militarizado amanezca marcado por la presencia de los paramilitares? No cabe duda que la fuerza pública, ejército y policía, están aliados con estos grupos para someter a la población al terror. Ya el pasado jueves 6 de julio los paramilitares dejaron sus escritos en las paredes, animales, árboles y portones en la vereda La Cristalina y la fuerza pública dijo por los medios que todo estaba tranquilo y no había peligro; ¿lo que pasó el, 11 de julio, en San José, cómo lo van a cubrir? ¿también está todo tranquilo?

Es tanto el cinismo del Estado al querer encubrir el paramilitarismo en la zona, que ha pasado por encima del campesinado que es el que más ha sufrido en la región y ahora tiene que someterse a este proyecto de Para-Estado, violándole todos los derechos. Ya todo esto ha tocado fondo, pues un humilde agricultor que lucha por labrar la tierra para producir su alimentación, tiene que ver llegar un grupo armado coordinado con los militares a cobrarle una vacuna, a robarle todo lo de su casa o a amenazarlo tratándolo de “sapo” para anunciarle su próxima muerte, desaparición o desplazamiento. ¿Qué clase de derecho es este?

Es claro que la Brigada 17 y los gobiernos locales nunca van a hacer nada para detener este avance paramilitar en San José de Apartadó; por el contrario, les dan libertad para que amenacen, roben, y hagan daños a la vida del campesino.

Nuestra Comunidad Paz ha sobrevivido por más de 20 años en medio de amenazas, desapariciones, torturas y muertes pero aún seguimos, gracias a nuestros principios y reglamentos que son los que nos han fortalecido en nuestra resistencia y vida comunitaria.

Agradecemos de nuevo toda la solidaridad internacional que nos han acompañado política y moralmente desde muchos lugares del mundo y que ha creído en nuestro proceso comunitario y se ha esmerado por intentar intermediar ante los gobiernos en defensa de nuestras vidas. Siempre seguiremos dejando constancia de todos los atropellos y violaciones a los derechos humanos por parte del Gobierno con sus estructuras paramilitares.

29/06/2017 La paz que se busca ¿será la paz de los sepulcros?

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó acude ante país y el mundo para dejar constancia de los últimos hechos en contra de nuestro proceso de vida y de los derechos de la población de nuestro entorno.

Claramente sabemos que el Estado se hace el sordo frente a todo este fenómeno paramilitar que crece cada vez más en la región, pues las acciones para parar y corregir esta problemática no se han visto, por el contrario, es evidente que el paramilitarismo no actúa solo para desarrollar sus proyecto de muerte, pues las alcaldías y las brigadas del ejército han despejado la región para que los paramilitares tengan acceso libre para controlar todo sin ser atacados.

  • El sábado 17 de junio de 2017, a las 07: 00 horas un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda Mulato Medio, del corregimiento de San José de Apartadó, allí tomaron prisionero a un poblador de la vereda, al cual amenazaron de muerte “si se ponía de sapo” a llevarle información a la Comunidad de Paz ; y le advirtieron que si algo pasaba en contra de ellos lo pagaría muy caro.

  • El lunes 19 de junio de 2017 la misma tropa de paramilitares que colocó un retén junto a nuestra Aldea de Paz el pasado 17 y 18 de junio se instalaron en la finca de uno de los miembros de nuestra Comunidad de Paz en el punto conocido como El Barro de la misma vereda Mulatos Medio, tomaron prisionero al miembro de nuestra comunidad privándole de su libertad sin poder salir para ningún lado durante dos días. Luego de amenazarlo, le manifestaron que buscaban “unos gorrones” (personas identificadas por usar sombreros grandes) de la Comunidad de Paz, porque los estaban buscando para desaparecerlos y “dejarlos tapados con hojas donde no los encontraran” (muertos) pues sería una manera de acabar con “esa hp comunidad de una vez por todas”, desde allí también empezaron a patrullar por las viviendas de los demás campesinos donde manifestaron que buscaban a GILDARDO TUBERQUIA Y A GERMAN GRACIANO y a orto poblador de la vereda Mulatos Cabecera, preguntando que si los habían visto pasar. Era evidente el plan que traían de asesinar a miembros de nuestra comunidad o a algún otro poblador que les estorbara en su caminar de muerte; de igual manera advirtieron que “vinimos para quedarnos y no queremos sapos que informen sobre nuestra presencia en la zona”.

  • El Miércoles 21 de junio de 2017 a las 15:00 horas, un guro de paramilitares fuertemente armados llegaron al sitio conocido como La Cancha, de la vereda Mulatos Cabecera, del corregimiento de San José de Apartadó, allí rodearon el lugar y pararon un partido de fútbol que jugaban campesinos de dicha vereda, en ese momento preguntaron que si ahí jugando se encontraban miembros de la Comunidad de Paz, a lo que los pobladores respondieron que no; les advirtieron a los allí presentes que “no queremos a ninguno vinculado con esa Comunidad de Paz, y en caso de que se vinculen, serán exterminados junto con ellos por que ese es el plan que traemos”.

  • El jueves 22 junio de 2017 en horas de la tarde un grupo de paramilitares montados a caballo y portando ropa civil y pistolas llegaron a nuestro asentamiento de la vereda La Esperanza, del corregimiento de San José de Apartadó e interceptaron al miembro de nuestra comunidad que vive allí con su familia, uno de ellos se presentó como el comandante de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), después lo trataron de “sapo” (informante) y que además “está bueno para dejarlo con la boca llena de moscas y gusanos por ahí en algún barranco”. De igual manera preguntaron por el dueño de la finca que antes les había expulsado unos muchachos que venían cansados en horas de la tarde desde muy lejos, diciéndole: "quien es él pues para mandar y echarnos de los lugares como si nada; eso hay que arreglarlo de alguna forma”. Nuestro compañero con mucho temor les respondió que esa finca era de la Comunidad de Paz, por lo tanto no tiene un solo dueño pues nuestros principios y reglamentos dicen que somos neutrales ante cualquier grupo armado, por lo tanto no convivimos con personas que portan armas para hacerle daño a la población civil.

  • El miércoles 28 de junio de 2017 en horas de la mañana fue visto un grupo paramilitar por la vereda El Porvenir, de aproximadamente 30 hombres. Luego, en horas de la tarde, otro grupo de similar cantidad de armados fue visto en la vereda Las Nieves. En esa misma tarde otro grupo paramilitar llegó a la vereda La Esperanza. Entre tanto otra tropa paramilitar permanece desde hace varios días en la vereda Mulatos, del corregimiento de San José; en el sitio conocido como Cantarrana, interceptaron a pobladores y profirieron amenazas contra miembros de nuestra comunidad y de otros pobladores de la zona.

Dejamos muy claro que la complicidad del Estado con estas estructuras paramilitares es cada vez más evidente, pues ya son muchas las constancias que nuestra Comunidad ha dejado y no ha habido ni una sola medida para parar este plan Estado-ParaEstado en la región.

Hoy nuestra región está cada vez más estigmatizada y llevada a un limite donde la gente se ha tenido que someter o terminar saliendo de su tierra para proteger su vida, nosotros nos preguntamos ¿donde está el Estado de Derecho?; ¿donde está la paz que es tan publicitada hoy en el país?, cuando lo que vivimos en nuestro territorio es un fenómeno de esclavitud a los paramilitares, y que claramente es apoyada por las brigadas del ejército y los gobiernos locales.

Nuestro consuelo que nos da fuerza para seguir adelante con nuestro proceso de comunidad es saber que contamos con todo el apoyo político y moral de quienes nos acompañan desde diferentes lugares del mundo y que han creído en nuestras súplicas de auxilio que cada vez imploramos de manera más apremiante.

19/06/2017 El supuesto “posconflicto” se traduce para nosotros en el imperio progresivo del paramilitarismo

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de acudir al país y al mundo para dejar constancia de los últimos hechos en contra de nuestro proceso de vida y de los derechos de la población de nuestro entorno.

En los últimos días nuestra Comunidad ha podido comprobar que altos mandos de las brigadas 17 y 11 del Ejército se reúnen con grupos paramilitares en las veredas: Mulatos, del corregimiento de San José de Apartadó y Murmullo, del corregimiento de Batata del municipio de Tierralta, Córdoba, todo esto con la intención de coordinar todo el modelo de control sobre la población y de estigmatización a nuestra Comunidad de Paz. Es claro que el Gobierno sigue encubriendo el Paramilitarismo, pues los paramilitares tienen toda la libertad para realizar acciones en la región sin ser molestados. Estas estructuras paramilitares esclavizan cada vez más a la población; ya son muchas las vacunas obligatorias que el campesinado tiene que pagar para poder trabajar en su propia tierra.

Es evidente que estructuras paramilitares tienen puestos de control armado en las veredas Arenas Bajas, Nuevo Antioquia, Playa Larga, Rodoxali, la Hoz, de los municipios de Apartadó y Turbo, del departamento de Antioquia, y en La Resbalosa, Machosolo, Resbalosita, Naín, Murmullo, Alto Joaquín y Baltazar, del municipio de Tierralta, departamento de Córdoba; en las demás veredas estos grupos armados salen a patrullar como si fueran ejército oficial, dañando y amenazando lo que encuentran por su camino y no existe un control para parar este proyecto de Estado-Paramilitar que cada vez más desangra la región.

  • El sábado 27 de Mayo de 2017, un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda Arenas Altas, del corregimiento de San José de Apartadó, allí tomaron prisionero a un poblador de la vereda, al cual amenazaron de muerte si se vinculaba a la Comunidad de Paz; de igual manera le manifestaron que a esa Comunidad la iban a exterminar costara lo que costara, pues les estaba estorbando para desarrollar sus proyectos en la región.

  • El martes 13 de Junio de 2017, un grupo de por lo menos 20 paramilitares con prendas militares y portando fusiles llegaron a la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartadó, donde se quedaron por varias horas patrullando la vereda y creando pánico en las familias campesinas que allí viven; luego partieron hacia la vereda La Unión, de San José.

  • El miércoles 14 de Junio de 2017, a las 07:00 horas, estos mismos grupos paramilitares que habían llegado el día anterior a El Porvenir, llegaron a la vereda La Unión de San José de Apartadó; en dicho lugar se tomaron las casa de los campesinos, les manifestaron que vinieron para quedarse, le guste al que le guste y que además vienen a controlar todo lo que se produzca en la zona como coca, ganado y producciones agrícolas. De igual manera lanzaron amenazas en contra de nuestra Comunidad de Paz, dándole a entender a los pobladores que si se vinculan a la Comunidad también serán asesinados. Ya en horas de la tarde tomaron camino hacia La Esperanza.

  • Este mismo miércoles 14 de Junio de 2017, a las 19: 00 horas, este grupo paramilitar que venía desde La Unión acampó en nuestro asentamiento en la vereda La Esperanza; allí rodearon la casa donde vive un miembro de nuestra Comunidad con su familia, aprovecharon que en la vivienda sólo se encontraba la esposa, la suegra y un cuñado y se instalaron allí; en ese mismo instante, un grupo de trabajo agrícola de nuestra Comunidad estaba llegando desde San Josesito a la vivienda y al llegar allí se encontraron con la casa rodeada de paramilitares listos para disparar; los miembros de nuestra comunidad tomaron valor y les reclamaron por sus abusos exigiéndoles respeto por el el derecho a la libertad, a la vida, y a la privacidad de la vivienda; además tenemos unas vallas con nuestro principios y reglamentos a lo que ellos respondieron que estaban ahí para quedarse y que además sí vieron las vallas pero no hicieron caso, pues decían: “¿quién es la comunidad para hacernos ir?”. De nuevo se les pidió la retirada del lugar ya que nuestra Comunidad no vive ni comparte con ningún grupo armado. Los paramilitares se mantuvieron allí por varias horas y después se alejaron unos pocos metros. Todo esto nos indicaba que estaban ahí por algo o esperando a alguien. Por la forma de tomarse el lugar era claro que tenían algún objetivo de asesinar a alguien.

  • El sábado 17 de junio de 2017 a las 11: 00 horas un grupo de paramilitares bien armados con fusiles de largo alcance llegaron y se instalaron a tres minutos de nuestra aldea de paz LUIS EDUARDO GUERRA GUERRA de la vereda mulatos medios del corregimiento de San José de Apartadó allí se acamparon y amanecieron.

  • El domingo 18 de junio de 2017 en horas de la mañana esta misma tropa de paramilitares ubicados junto a nuestra aldea de paz, se dividieron en dos grupos y colocaron un reten en todo el camino que conduce de mulatos a San José de Apartadó con la intención de intersectar a los pobladores que salen, allí preguntaron por GILDARDO TUBERQUIA miembro de nuestra comunidad de paz, manifestaban a los campesinos que si él había salido o se encontraba en la casa, por que necesitaban encontrarlo como fuera posible, en este mismo lugar estuvieron por dos días esperando que GILDARDO se les pasara por hay, por fortuna había salido en días anteriores con acompañamiento internacional.

  • El lunes 19 de junio de 2017 esta misma tropa de paramilitares que colocaron un reten junto a nuestra aldea de paz el pasado 17 y 18 de junio se instalaron en la finca de uno de los miembros de nuestra comunidad de paz en el punto conocido como el Barro de la misma vereda Mulatos Medios, desde allí empezaron a patrullar por las viviendas de los campesinos donde manifestaron que buscaban a GILDARDO que si no lo habían visto pasar, de igual manera advirtieron que vinimos para quedarnos y no queremos sapos que informen nuestra presencia en la zona.

Hacemos responsable al gobierno colombiano y a sus instituciones por lo que pueda pasarle a GILDARDO TUBERQUIA o cualquier otro poblador de la región.

La vida del campesinado en nuestra región es cada vez más forzada a ser restringida, esclavizada y constreñida hasta terminar yéndose de la zona o aceptando someterse a ese proyecto paramilitar que claramente lo están legitimando las brigadas del ejército, en especial la 17 y la 11 de Antioquia y Córdoba. Frente a esto nuestra Comunidad sigue adelante con su proceso de vida, apoyada por toda la solidaridad internacional que nos han acompañado moral y políticamente por más 20 años y sabemos que el día de mañana quizás seamos asesinados por querer una región en paz y sin guerra.

18/04/2017 imposible negarlo

Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó acude nuevamente ante el país y el mundo para dejar constancia de las últimas agresiones de que ha sido víctima por parte de agentes directos e indirectos del Estado colombiano. Los hechos recientes son los siguientes:

  • Desde comienzos de la semana santa, iniciada el 9 de abril de 2017, un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda Las Nieves de San José de Apartadó. Cuando algunos pobladores se movilizaron por la zona, los paramilitares salieron de su escondite en una zona boscosa y les ordenaron a los civiles que hicieran de cuenta que no habían visto nada.

  • En esta misma semana, entre los días 10 y 12 de abril, los paramilitares incursionaron en la vereda Arenas Altas, donde hay asentamiento de nuestra Comunidad de Paz y donde dicho grupo armado ilegal ha incursionado numerosas veces en forma amenazante. En la vereda limítrofe de Arenas Bajas la presencia paramilitar lleva ya varios meses en forma constante y amenazante; afirman que llegaron para quedarse y en adelante ellos son la autoridad suprema allí. Su presencia ha producido tal pánico que nadie se atreve a denunciarlos.

  • El 14 de abril de 2017, hacia las 15: 00 horas, cuando un grupo numeroso de nuestra Comunidad de Paz realizaba el acto religioso del Via-crucis, al pasar por el sitio conocido como La Casona, a 10 minutos de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, asentamiento sagrado de nuestra Comunidad de Paz, donde estaba programada una de las estaciones del Camino de la Cruz, descubrieron que el sitio estaba colmado de gente uniformada, armada y con la cara cubierta la mayoría de ellos. Al preguntárseles a qué unidad militar pertenecían, respondieron que eran “del Batallón Voltígeros, de la Brigada XVII del Ejército”, pero era evidente que ello era falso, pues ninguno tenía distintivo alguno oficial, sus botas no eran militares y su actitud de cubrirse el rostro e impedir que se tomaran fotografías con frases demasiado agresivas y amenazantes, revelaban su verdadera identidad paramilitar. La presencia de mulas cargadas de remesas y de algunos con trajes civiles, confirmaban el inconfundible estilo paramilitar, de sobra conocido en la región, sin descartar que algunos miembros del ejército estuvieran allí mezclados.

  • En los ultimos dias, nuestra comunidad ha sido informada de un plan desde la Alcaldia Municipal de Apartado, para deslegitimar nuestras denuncias y asi apoyar el abance paramilitar promocionando a 10 personas de cada vereda las cuales desempeñaran el papel como informantes, pero oficialmente seran nombrados como guardabosques.

En los últimos meses y a medida que se proclama a nivel oficial la implementación de los acuerdos de paz firmados en La Habana, hemos comprobado el incremento notorio de la presencia paramilitr, incluso en zonas donde antes no incursionaban con frecuencia. Seguimos confiando en el apoyo que muchas personas con principios éticos innegociables nos siguen brindando en muchos lugares del mundo y de Colombia.

07/04/2017 Paramilitares amenazan a comerciantes en San Jose de Apartado

De nuevo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó deja constancia ante el país y el mundo, el cinismo sin fronteras de un Estado criminal, el cual a través de la Brigada XVII del Ejercito Nacional acude sistemáticamente a formas perversas para desprestigiar nuestra integridad como comunidad. Con el respaldo de personas civiles de otras regiones y apoyados por reconocidos paramilitares vienen ejecutando un plan de desinformación a la población civil de nuestra región, pues, se nos sindica de ladrones al quedarnos supuestamente con muchos recursos provenientes de la nación y del exterior con destino a la población en general del corregimiento de San José. Solamente las organizaciones que nos acompañan y de las cuales en algún momento hemos recibido algún apoyo, saben de nuestra transparencia y honestidad. A la ves que dejamos claro que jamás hemos administrado, ni administraremos recursos o proyectos del Estado o de ningún otro agente que venga dirigido a la población en general, puesto que solo nos hemos limitado a nuestras familias que se identifican con nuestros principios y reglamentos. Los nuevos hechos son:

· El martes 21 de marzo de 2017, se noto una fuerte presencia de paramilitares en las veredas Multo Medio y Mulatos Cabecera del corregimiento de San José, allí, manifestaron a varios pobladores de la región que ´´…esa hp comunidad de paz tiene que acabarse y no existir mas, la única comunidad que va a existir y estamos organizando son las juntas de acción comunal...,´´.

· Este mismo martes 21 de marzo de 2017, en otro lugar de esta vereda manifestaron a varios pobladores que ellos tienen grupos paramilitares en las veredas Murmullo, Alto Joaquín, el Conejo, Nain, en el paraje de Macho Solo, Las Claras y Resbalosa del Departamento de Córdoba. Allí, de nuevo manifestaron enérgicamente que no quieren a nadie relacionando se con la Comunidad de Paz, y quien lo haga será declarado como sapo y por lo tanto se morirá, de igual manera manifestaron que los gringos que acompañan a la comunidad de paz, se han robado los recursos que han mandado del extranjero para la vereda Mulato Medio.

· El miércoles 22 de marzo de 2017, desde la Comandancia de la Brigada XVII del ejército Nacional en cabeza del Coronel Antonio José Dangon, el Alcalde de Apartadò Eliecer Arteaga bajo chantaje y presión contra un grupo de indefensos pobladores de la zona, de nuevo arremetían contra nuestra comunidad, tratándonos de estorbo para el desarrollo y el progreso de la región, pues, según ellos no dejamos entrar carreteras, impedimos la entrada de la energía, la titulación de las tierras y además de ser un lugar cerrado y que vivimos en la miseria. De dichas calumnias fueron testigos una delegación internacional que venían de diversos lugares del mundo. Si estamos sumergidos en pobreza y en condiciones precarias económicamente, es tal ves, por que el Estado Colombiano y sus verdugos paramilitares han saqueado nuestras posibilidades de mantenernos en comunidad, es tal ves el resultado de las tantas veces que nos han hurtado recursos comunitarios, nos han quemado y destruido cultivos y viviendas, es el resultado de los bloqueos económicos y el cierre de posibilidades de comercializar nuestros productos agrícolas y de otras tantas acciones contra nuestro proyecto de vida. Pese a ello, y al profundo daño, crimen de lesa humanidad al que hemos sido sometidos y que hemos vivido en carne propia todos estos años, nos mantenemos en pie, con la alegría al comernos un pan sonriéndole a la vida y no de rodillas ante un proyecto mezquino, asesino y paramilitar.

· El viernes 24 de marzo de 2017; en el casco urbano del corregimiento de San José de Apartadò se llevo a cabo una reunión entre pobladores de la región y algunas organizaciones participantes, en dicha reunión se informó que desde el extranjero llegaba mucho dinero de inversión para el progreso y desarrollo del corregimiento de San José, el cual era administrado por la Comunidad de Paz, y que dicho avance y progreso no se veía. Tal afirmación, no es mas que una dinámica tradicional de desprestigio y desinformación que se ha articulado desde la brigada XVII del ejército nacional con sede en Carepa, Antioquia, ya en otras ocasión desde la comandancia de la brigada XVII han manejado videos y filmaciones que afirman que la Comunidad supuestamente envía miles y miles de camiones cargados de cacao semanalmente, cosa que es totalmente falsa.

· El domingo 26 de marzo de 2017; en el casco urbano de San José de Apartadò donde además hay una fuerte presencia de Ejército y Policía, cinco reconocidos paramilitares quienes se movilizaban en motocicletas ingresaron a algunos establecimientos comerciales para exigir a los propietarios el aporte económico a la causa, con amenazas de tirarlos a un hueco si no colaboraban con la vacuna impuesta a los comerciantes. Varios comerciantes y propietarios se han acercado a nuestra comunidad para manifestar el temor que sienten, pues viven intimidados por los paramilitares.

· El miércoles 29 de marzo de 2017; a las 8:15 horas en la vereda Mulatos del corregimiento de San José, un grupo de paramilitares anunciaron a varios pobladores de allí, que tienen una lista de 5 personas para asesinar, que los están buscando en las veredas hasta encontrarlos y asesinarlos, de esta lista tres son miembros de nuestra Comunidad de Paz.

· Este mismo miércoles 29 de marzo de 2017; en la vereda la Unión de Alto Carepa, un grupo de paramilitares dejaron dinero en el camino el cual fue recogido por tropas militares que les perseguía, minutos después los militares desistieron de la persecución, tomaron el dinero y fueron a gastar parte de dicho recurso en la vereda Belén del municipio de Carepa, este grupo paramilitar, siguió hacia la vereda Mulatos sin que la fuerza pública les impidiera el paso.

· En los últimos días; los paramilitares han instalado una base paramilitar en la vereda Arenas Bajas, donde además han construido espacios recreativos, allí permanentemente se integran los hombres que componen dicha estructura armada en la zona.

No dejaremos de elevar el grito a los cuatro vientos y de colocar ante la humanidad y la historia los hechos de exterminio a que somos sometidos diariamente desde las grandes instancias del Estado, al utilizar las estructuras paramilitares que cumplen sus propósitos.

Al agradecer toda la solidaridad nacional e internacional por caminar con nosotros, les instamos a no retroceder en la exigencia al Gobierno Colombiano el cumplimiento de las sentencias de la Honorable Corte Constitucional en favor de nuestra Comunidad de Paz.

29/03/2017 1997 - 2017 20 años en resistencia

El 23 de marzo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó cumplió 20 años de haberse constituido. A la vez que agradecemos profundamente las significativas muestras de apoyo y solidaridad recibidas, queremos también compartir con el país y con el mundo las preocupaciones que nos deja este aniversario, ya por las nuevas tácticas de persecución y exterminio que con esta ocasión se revelaron, ya por el contexto en el cual tuvo lugar la conmemoración.

El 21 de marzo se inició la última versión de la Universidad de la Resistencia, en la cual participaron algunas comunidades indígenas y campesinas que habitualmente nos acompañan en ese intento de compartir saberes y de reafirmar nuestro rechazo a la mercantilización del conocimiento. El mismo 21 comenzaron a llegar delegaciones de países lejanos que nos querían acompañar físicamente en una fecha tan especial. 30 delegados de países europeos: Italia, Bélgica España, Alemania, Portugal, Suiza, entre quienes se encontraban un Alcalde en ejercicio, varios diputados, concejales y exconcejales y miembros de diversas entidades humanitarias, académicas y religiosas quisieron compartir el humilde techo de nuestra Comunidad por tres noches con el fin de poder sentir de cerca la vida cotidiana de nuestro proceso.

El 22 de marzo las delegaciones internacionales asistieron a una cita que había sido acordada previamente en la Brigada XVII con su Comandante, el Coronel Antonio José Dangón, con el fin de hacerle algunas preguntas sobre el comportamiento de la fuerza armada del Estado para con la Comunidad de Paz y el campesinado del entorno. Luego de cambiar muchas veces la hora de la cita finalmente los recibió y hubo desconciertos: el Coronel se había tomado la libertad de invitar a muchas personas a la reunión sin consultar a los peticionarios y sin que éstos supieran siquiera quiénes eran los extraños concurrentes ni qué objetivo tenía su presencia; una falta no sólo de cortesía sino que ocultaba una perversa manipulación. El Coronel había preparado una extensa exposición sobre las relaciones de la Brigada con la Comunidad de Paz y, si no es por una interrupción desesperada de uno de los delegados, se habría marchado sin darles la palabra. En su exposición prolija en imágenes de Power point, era imposible reconocer la realidad cruda que ha vivido la Comunidad; todo allí estaba maquillado, tergiversado, ocultado, reducido a palabras o frases que en sus contenidos estaban a años-luz de la realidad vivida. Las sentencias de la Corte Constitucional se reducían a una frase secundaria, ocultando y cambiando sus cometidos esenciales; las respuestas de la fuerza pública a las denuncias, alertas tempranas, constancias, etc., reproducían las mentiras originales: “aquí no pasa nada” – “todo es montaje de la Comunidad”- “en la zona no había tropas” – “los paramilitares no existen”.

La reunión en la Brigada XVII el 22 de marzo dejó al descubierto con gran claridad la nueva estrategia persecutoria del Estado contra nuestra Comunidad de Paz: en primer lugar, los militares afirmaron que ahora, en el supuesto “posconflicto” ya no son ellos los que se ocupan del orden público sino las autoridades civiles. Nos preguntamos cómo puede un Alcalde controlar, perseguir y erradicar a los paramilitares, cuando ellos siguen contando con la tolerancia, apoyo, protección y amistad de la fuerza pública, como ha sido evidente en las décadas pasadas y en los últimos meses cuando el paramilitarismo está intensamente reactivado y en avanzada de control de territorios. En segundo lugar, quedó muy al descubierto lo que ya se sospechaba: que el Estado ha decidido cooptar a grupos de campesinos, prometiéndoles proyectos económicos, para que sean ellos quienes acusen y estigmaticen a otros campesinos y así evitar que el Estado mismo sea acusado internacionalmente de violación de los derechos humanos; en adelante todo se explicará por conflictos de intereses entre campesinos o entre indígenas y afros, etc. Los miembros de Juntas Comunales que el Coronel Dangón invitó abusivamente a la reunión con las delegaciones internacionales tenían esas características y trataron de exponer una gruesa colección de mentiras y calumnias para estigmatizar a nuestra Comunidad. Se aplica aquí la misma matriz perversa que sirvió para la creación de los paramilitares en 1962, cuando la misión norteamericana recomendó involucrar a poblaciones civiles en la guerra para atribuirles los hechos más repugnantes impidiendo así que el Estado se deslegitimara.

El 23 de marzo desde tempranas horas el asentamiento central de nuestra Comunidad se fue llenando de visitantes. Llegaron los Embajadores de Suiza y Noruega, la Embajadora de Italia y funcionarios de las Embajadas de Francia, Alemania, Bélgica, de la Unión Europea y el director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sus intervenciones fueron no sólo calurosas sino en extremo elogiosas; para todos y todas la Comunidad es un modelo que atrae a nivel mundial por su valentía y por la eticidad, nitidez y contundencia de sus principios. Las Naciones Unidas cuestionaron la presencia de la Brigada XVII si en realidad hay un posconflicto y abogaron para que se investigue con seriedad su trayectoria. Las intervenciones de los delegados de las Comunidades Hermanas de nuestra Comunidad en varios países fueron muy calurosas, así como las de organizaciones humanitarias del mundo y de Colombia. A comienzos de la tarde, una emotiva y multitudinaria peregrinación al caserío de San José, al sitio mismo donde hace 20 años leímos la proclamación primera de COMUNIDAD DE PAZ, nos unificó en el sentir emocionado a internacionales y nacionales, al compás del himno de nuestra Comunidad de Paz, compuesto por quienes luego fueron asesinados. Las fotografías de nuestros mártires (varios centenares) profundizaban las emociones.

Nuevamente agradecemos la solidaridad nacional e internacional que se expresó tan viva e intensamente en este vigésimo aniversario. Esperamos seguir contando con ustedes en los tiempos que vienen que se anuncian difíciles. Les aseguramos que nuestra resistencia seguirá siempre indeclinable.

28/03/2017 No, no retrocedemos

De nuevo, nuestra Comunidad de Paz acude a la humanidad y la historia, esta vez, para manifestar nuestra máxima expresión de gratitud a todas las personas que desde los diversos lugares del mundo nos han sostenido con su fuerza moral insobornable al cumplir 20 años de comunidad.

Han sido 20 años de dolor, lágrimas y tortuosos momentos que han dejado en pedazos nuestros anhelos y esperanzas. En ese caminar, hemos visto arrancar la vida a muchos de nuestros hermanos y hermanas de nuestra comunidad, con el afán de acabarnos.

Han sido dos décadas de sufrimiento y dolor, donde los peores horrores de la guerra se han manifestado contra nuestro proyecto de vida. Pese a todo ello, hemos resistido pacíficamente y sobre todo creativamente con opciones alternativas creando espacios de vida en medio de la muerte y el horror.

Al cumplir 20 años sembrando vida, más que celebrar fue conmemorar y recordar a los cientos y cientos de nuestros hermanos y hermanas que ofrendaron sus vidas al construir este proyecto de vida comunitaria. A todos y a cada uno de ellos, los recordamos, y llevamos presente sus palabras y enseñanzas que jamás morirán en nosotros. Los asesinos podrán apagar nuestras vidas, pero jamás nuestros sueños.

A todos y todas las personas que nos han acompañado, que han seguido de cerca, o que han leído, visto, escuchado, o visitado nuestro proyecto de vida en el transcursos de estos años, les manifestamos que nuestras palabras de gratitud se nos quedan cortas, y no nos queda más que expresarles esa gratitud y aprecio por ello, a la vez que nos reafirmamos en nuestros principios y valores humanos a los que jamás renunciaremos pese a las circunstancias a las que seamos sometidos. No, no retrocedemos ni un centímetro ante los asesinos, ni abandonaremos el territorio de nuestros padres y ancestros, siempre ira en nuestra memoria día a día las palabras de nuestros hermanos y hermanas caídos (as).

A todos nuestros amigos que nos han acompañado; hermanos- hermanas, nuestro más profundo sentido de gratitud por toda la ternura y por esas palabras de aliento que nunca han faltado al compartir esta experiencia que nos presenta la vida paso a paso.

24/02/2017 Contra los hechos no hay argumento que valga

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de acudir al país y al mundo para denunciar las últimas agresiones que hemos sufrido por parte de agentes e instituciones del Estado y de grupos manipulados por el mismo poder gubernamental. Los últimos hechos son los siguientes:

* Nuestra Comunidad ha podido comprobar que altos mandos de la brigada 17 del ejército distorsionan informaciones sobre el acompañamiento que grupos humanitarios de otros países brindan a los integrantes de nuestra Comunidad de Paz en alto riesgo. Todo revela un ánimo de estigmatizar el acompañamiento internacional, bajo el pretexto de la mala imagen que se da de los victimarios, pero con el fin de dejar desprotegidas a las víctimas para poder realizar sus planes de despojo y exterminio neutralizando la protesta de quienes en los diversos países del mundo conservan principios éticos fundamentales. En algunas ocasiones los militares han construido episodios absolutamente falsos para desprestigiar el acompañamiento internacional..

  • El miércoles 15 de febrero de 2017, hacia las 7:00 horas y por varios minutos se produjo un enfrentamiento entre militares de la brigada XVII del ejército y paramilitares que hacían presencia en la vereda La Esperanza de San José de Apartadó, a escasos metros del asentamiento de nuestra Comunidad de Paz. Hacia las 16:00 horas un helicóptero del ejército recogió a tres paramilitares supuestamente capturados, uno de ellos herido, así como una cantidad considerable de material bélico y de intendencia como municiones, minas, morrales, cobijas, manuales y reglamentos de las AGC, medicamentos, etc., pero ningún arma de fuego. Este hecho contrasta con las constantes declaraciones del gobierno, las fuerzas armadas y los medios masivos, en el sentido de que “ya no existen paramilitares”. Afirma un viejo proverbio que “contra los hechos no vale argumento alguno”.

  • El jueves 16 de febrero de 2017, tropas militares ingresaron a la propiedad privada de nuestra Comunidad de Paz en la vereda la Esperanza, acampando en las areas de trabajo de familias de la comunidad alli. La comunidad exigio el retiro de dichas tropas del lugar, a lo que el capitan de apellido Sanches asevero que estaba alli por ordenes de sus superiores y en cumplimiento de una sentencia constitucional. Presisamente las sentencias de la Corte Constitucional y las medidas cautelares y provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación a la Comunidad de Paz, exige al Estado Colombiano proteger a la Comunidad, pero dicha protección tiene que ser concertada con la misma comunidad y en ningún momento puede ser impuesta. Ya en distintas ocasiones hemos manifestado que la presencia de la fuerza pública en ves de protegernos aumenta el riesgo, sin embargo, agentes del Estado se atreven a desafiar y pisotear la Constitución y la Ley.

  • El viernes 17 de febrero de 2017, la Consejera Presidencial de Derechos Humanos, Dra, Paula Gaviria, llegó en helicóptero a la vereda La Esperanza de San José de Apartadó, en compañía de altos mandos militares, del Alcalde de Apartadó y de otros funcionarios. En el acto público que allí se tuvo intervinieron miembros de las juntas comunales negando la presencia, contra toda la evidencia acumulada, de grupos paramilitares en la zona. Este mismo día, hacia las 14:00 horas, la Consejera Presidencial asistió a otro acto similar en el caserío de San José de Apartadó durante el cual el Alcalde, los militares y algunos miembros de juntas comunales, negaron la presencia de paramilitares en la zona y criticaron las denuncias que hace nuestra comunidad de su accionar. Aunque hubo intervenciones de agradecimiento al valor civil de nuestra Comunidad por denunciar lo que la mayoría de la gente teme denunciar para no poner en alto riesgo su vida, sin embargo los medios silenciaron perversamente esas intervenciones.

  • El martes 21 de febrero de 2017, al cumplirse el 12° aniversario de la horrenda masacre de 8 hermanas y hermanos nuestros en las veredas Mulatos y Resbalosa, numerosas personas nos enviaron mensajes de solidaridad en la memoria de nuestras víctimas. Más de un centenar de miembros de nuestra Comunidad se desplazó a las veredas Mulatos y Resbalosa para realizar actos religiosos de memoria y para reflexionar sobre el legado de nuestros mártires.

  • El miércoles 22 de febrero de 2017 se comprobó nuevamente la presencia de grupos paramilitares en la vereda de Arenas Altas, de San José de Apartadó y su desplazamiento hacia la vereda La Unión. En la vereda contigua de Arenas Bajas, su presencia completa ya varias semanas sin que haya acción alguna del Estado para proteger a la población civil.

  • El jueves 23 de febrero de 2017, mandos militares de la brigada XVII por medios radiales acusaron a nuestra Comunidad de Paz por oponerse al paso por sus terrenos de la carretera ilegal que los paramilitares vienen construyendo entre Nuevo Antioquia, Rodoxalí y La Esperanza, alegando que es “oponerse al progreso”.

Si bien la mentira y las acciones perversas siguen siendo la moneda corriente de la política estatal en nuestra ensangrentada región, nosotros seguimos resistiendo desde principios éticos que no podemos perder y en los cuales nos seguimos identificando con numerosas capas solidarias que desde diversos rincones del mundo y de Colombia nos estimulan a no claudicar.

14/02/2017 Cinismo sin fronteras

No para las acciones de terror y la brutal invasión paramilitar con que es sometido nuestros territorios, no solo contra los miembros de nuestra Comunidad de Paz, sino además contra la población civil de nuestro entorno geográfico y social, a quienes no solo obligan participar en sus reuniones, sino además les prohíben denunciar su presencia en la zona y les advierte de las cuotas o impuestos que tendrá que pagar todos los habitantes de las veredas del corregimiento de San José a los paramilitares en los próximos días. Muchos no se atreven a denunciar nada por temor a ser asesinados. Los hechos que dejamos a la humanidad y la historia son:

  • El viernes 10 de febrero de 2017, hacia las 21:00 horas, un grupo de paramilitares ingreso a nuestro asentamiento comunitario en la vereda la Unión perteneciente al corregimiento de San José. El grupo paramilitar ya habían hecho presencia en varias viviendas de la vereda el Cuchillo donde además amenazaron a civiles obligándoles a pagar vacunas o impuestos.

  • Este mismo viernes 10 de febrero de 2017, el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Mulato Medio, quien había convocado reunión a pobladores de dicha vereda, conminó a los participantes a tomarse la ‘’Aldea de Paz, Luis Eduardo Guerra’’ a la fuerza. A dicho presidente se le ha visto acudir públicamente en por lo menos tres ocasiones a los comandantes paramilitares que han patrullado recientemente el territorio, y la misma comunidad lo constato.

  • El sábado 11 de febrero de 2017, hacia las 17:30 horas, una comisión humanitaria conformada por miembros de nuestra comunidad y acompañada por organizaciones internacionales, y la cual se trasladaba desde varias veredas de la comunidad a la vereda la Esperanza, fueron testigos de la presencia paramilitar a escasos metros de nuestras viviendas en la vereda la Esperanza, ya habían permanecido allí por mas de tres días.

  • El domingo 12 de febrero de 2017, en horas de la madrugada, dos helicópteros sobrevolaron durante varios minutos el asentamiento comunitario en la Esperanza. No entendemos con que propósito, pues mas tarde tropas militares afirmarían que el propósito fue descargar tropas en el lugar pero debido al mal tiempo no fue posible, lo que es totalmente falso, pues no habían lluvias, nieve o descargas eléctricas. Tal ves el propósito fue enviar una señal a los paramilitares que pronto desembarcarían tropas en el área.

  • Este mismo domingo 12 de febrero de 2017, hacia las 10:00 horas, tropas militares al mando del capitán MESA ingresaron arbitrariamente a la propiedad privada de nuestra Comunidad de Paz en la vereda la Esperanza y se instalaron allí. Por dos ocasiones miembros de nuestra comunidad exigió el retiro de las tropas militares de la propiedad privada exigiendo respeto y el no involucramiento en la guerra, pues su presencia mas que protección es colocarnos en riesgo ante otros actores armados. A dicha exigencia de la comunidad los uniformados en tono retorico afirmaron que se irían cuando se les diera la gana, que a la propiedad privada no la respetarían, al contrario que militarizarían el área en los próximos días. Esta tropa militar cuyos objetivos supuestamente es perseguir a todo actor armado ilegal, se ubica no solo en nuestros espacios de vida y trabajo comunitario infringiendo una de nuestras normas sustentadas en el Derecho Internacional Humanitario, sino además, se instalan en los potreros y áreas visiblemente desde largas distancias, sus rutas son los senderos y caminos veredales; no creemos que con dicha operación van a encontrar indicios de la presencia de otros actores armados. El capitán al mando de la tropa afirmo que no tenían la capacidad de controlar a ningún actor armado ya que ellos siempre se movían de un lado a otro y eso desgastaba a la tropa militar.

  • Este mismo domingo 12 de febrero de 2017, en el diario el Colombiano, publicaron un articulo con el rotulo ‘’Paramilitares o no, con miedo silencian a Urabá’’, en dicho articulo hacen mención de la promesa que supuestamente habría hecho un miembro de la Comunidad de Paz de enviar un video de paramilitares con lideres en reunión, tal afirmación no es cierta, la comunidad posee registro fílmico, fotográfico y audio de las distintas afrentas y confrontaciones que la misma comunidad ha sostenido con grupos paramilitares al exigir el retiro y la no ocupación de nuestros territorios y el respeto a nuestros miembros y pobladores de la región. A pesar de todas estas evidencias, no es propósito de la Comunidad divulgar evidencias que no son secretas para nadie en Urabá, suficiente material fílmico circula en las redes en relación a la presencia paramilitar o de las también llamadas Auto Defensas Gaitanistas de Colombia en la región. En este mismo articulo, las autoridades militares insisten en tapar y tapar a como de lugar la invasión paramilitar en nuestras veredas y nos acusan de ser parte del sistema político de las Farc. Veinte años padeciendo las atrocidades y crímenes perpetrados desde la Brigada XVII, y la única respuesta que recibimos de quienes representan el Estado es que somos mentirosos porque somos guerrilleros, un cinismo sin fronteras para evadir la responsabilidad de sus múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos contra nosotros en estos largos años. No solo lo hemos dicho nosotros, lo han corroborado los mismos tribunales de justicia y las cortes internacionales quienes han fallado en favor de la comunidad, mientras el estado pisotea estas sentencias y se atreve a desafiarlas al no cumplirlas o por lo menos respetarlas.

  • El lunes 13 de febrero de 2017, hacia las 10:30 tropas militares adscritas a la Brigada XVII del ejercito nacional, hicieron presencia en el asentamiento de la Comunidad de Paz en la vereda la Unión. Estas operaciones del ejercito nacional, nos recuerdan aquellas operaciones militares después de las masacres o incursiones cometidas contra la comunidad por parte de militares y paramilitares los cuales luego de dos o tres días después de los crimines llegaba el ejercito para borrar las evidencias. Se repite la historia?.

  • Este mismo lunes 13 de febrero de 2017, en horas de la mañana la Comunidad de Paz tuvo conocimiento por información de civiles de la región de un operativo paramilitar que se desarrolla entre las veredas Arenas Altas, la Unión y el Porvenir, en el sitio conocido como el filo de los ratones. Los paramilitares han amenazado a los civiles anunciándoles que no quieren sapos y ‘’mucho menos a aquellos que le informan esa HP de Comunidad de Paz’’.

De nuevo agradecemos a todas las personas, que desde distintas partes del mundo se han solidarizado y nos han acompañado sosteniéndonos con su fuerza moral. Su protesta ante la desidia de un estado sordo, implorando cesen las persecuciones sistemáticas. Nos dan la fuerza moral para continuar, guardando la esperanza de que la humanidad y la historia algún día juzgaran estos hechos de repudio universal.

10/02/2017 Viviendo bajo el terror y la zozobra para-militar

Continúan los hechos repudiables y de dolor, los paramilitares amenazan y roban alimentos de las humildes familias campesinas, las operaciones paramilitares en la zona no cesan, al contrario, se incrementa día a día mientras anuncian cobros de impuestos para todas las personas humildes de San José, entre tanto los medios de comunicación hacen eco y amplifican la voz de lo que se diga desde los escritorios de la Brigada XVII del ejercito: nuevamente acudimos a la humanidad y a la historia para dejar constancias de los nuevos hechos para que algún día juzguen:

  • El domingo 5 de febrero de 2017, en horas de la mañana se vio la presencia de un grupo grande de paramilitares entre las veredas Arenas Bajas y Arenas Altas, pues, ya desde hace varios días vienen haciendo presencia en la vereda Arenas Bajas en el sector conocido como la Maquina.

  • Este domingo 5 de febrero de 2017, hacia las 21:00 horas un grupo de paramilitares hizo presencia en varias viviendas en la vereda el Cuchillo perteneciente al corregimiento de San José, a tan solo pocos minutos de la base militar y de policía ubicados en el casco urbano de San José, allí, los paramilitares los cuales se identificaron como las AGC vistiendo prendas militares y portando armas largas, anunciaron de nuevo que su presencia en la zona ya es notoria para el campesinano, los cuales tendrán que someterse a las pretensiones de ellos, de igual forma anunciaron que van a cobrar vacunas a todos los campesinos, a los que tienen reces, a los arrieros, a los jornaleros y a los agricultores de cacao y quien no lo hagan se van o se muere. Dichos anuncios ya se vienen cumpliendo, pues todos los comerciantes de ganado en la región están obligados a pagar una vacuna de $50.000 pesos por cabeza de ganado que mueva en el corregimiento de San José. Ante dichas amenazas varias familias de la vereda nos han manifestado el deseo de irse de la región por temor a ser asesinados.

  • El lunes 6 de febrero de 2017, reconocidos paramilitares en Nuevo Antioquia, anunciaron a varios pobladores de la región que ‘’alias 09’’ comandante paramilitar había dado ordenes para acabar con la Comunidad de Paz ya que eran su enemigo numero uno, de igual forma anunciaron la muerte del campesino de nombre Ever residente en la vereda la Hoz.

  • El martes 7 de febrero de 2017, en varios medios de comunicación radial regional el coronel José Antonio Dangon comandante de la Brigada XVII del Ejercito Nacional, dio parte de los operativos que el ejercito realiza en las veredas Mulatos y la Hoz del corregimiento de San José afirmando que no se a encontrado el indicio de la presencia de grupos armados en esos lugares. Es tal el nivel de cinismo y descaro de quien desempeña la comandancia de dicha brigada. Negar la evidente presencia paramilitar en la región, es recurrir a viejas practicas de la brigada, pues en la época del General Rito Alejo del Rio se negó una y otra ves el actuar paramilitar, mientras las masacres, asesinatos, desapariciones, torturas e innumerables crímenes se cometían bajo el amparo y protección de la las fuerzas armadas y de las instancias judiciales que nunca han investigado.

  • El miércoles 8 de febrero de 2017, tropas militares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulato del Corregimiento de San José, y los cuales han estado acampando en la propiedad privada de miembros de la Comunidad de Paz en el sector conocido como el barro, han manifestado en reiteradas ocasiones que ‘’el campesinado tiene que aprender a las buenas o a las malas a ver las cosas y a quedarse callados’’, refiriéndose a la presencia paramilitar en la región y de nuevo las tropas militares afirmaron que no les importa la presencia de los paramilitares, pues no los van a combatir.

  • Este mismo miércoles 8 de febrero de 2017, en la vereda Mulatos, miembros de nuestra Comunidad de Paz, le exigió a la tropa militar que se retirara de los sitios privados de la comunidad ya que ningún actor armado es protección para las familias de la Comunidad de Paz, y menos tratándose de los mayores aliados del paramilitarismo en la región.

  • El jueves 9 de febrero de 2017, hacia las 14:00 dos paramilitares ingresaron a la vivienda de familias de nuestra comunidad en la vereda la Esperanza. Los dos sujetos vistiendo trajes militares, portando armas largas y con brazaletes con insignias de las AGC, en forma airada afirmaron que ‘’las familias de esa HP comunidad se metió en la grande al echarnos al ejercito en la vereda Mulatos’’, pues según ellos, los militares les habían comunicado que estaban allí por el escandalo que la comunidad había hecho y debido a ello tenían que dar resultados, por esas razones detuvieron al paramilitar. De igual forma afirmaron que esos HP de gringos la estaban embarrando, pues la presencia de ellos estaba impidiendo ejecutar un plan en el corregimiento de San José, agregaron: ’el día viernes 27 de enero del 2017, un gringo y una gringa nos saco de la Aldea de Paz en Mulato’’ y que lo único que a él le provoco fue ‘’darles un par de tiros a cada uno de esos HP gringos’.

  • El viernes 10 de febrero de 2017, hacia las 13:00 horas en la vereda la Esperanza, en el predio propiedad privada de la comunidad, ingresaron un grupo de paramilitares de alrededor de 40 hombres, los cuales se han acampado a escasos metros de la vivienda de las familias de la Comunidad allí anunciando que llegaron para quedarse pues la fuerza pública no los va a perseguir.

  • Este mismo viernes 10 de febrero de 2017, diez paramilitares hicieron presencia en espacios Comunitarios en la vereda Arenas Altas, en el sitio conocido como pelahuevo, de nuevo anunciaron que van a hacerle una visita a Reinaldo Areiza en la vereda la Unión, y a otros tres miembros lideres de la Comunidad de Paz, pues sus cabezas les interesa mucho.

Nuestros verdugos acuden hasta la saciedad y hasta son capaces de inmolarsen protegiendo y escondiendo el accionar sistemático de un aparato criminal amparado en la legalidad, cuyos tentáculos y su relación con la ilegalidad difícilmente podrán esconder a una sociedad victimizada continuamente. Mientras tanto seguimos viviendo bajo el terror y la zozobra militar-paramilitar que se confecciona en la bella cuna del crimen en Urabá, la Brigada XVII del Ejercito Nacional.

Estos verdugos han acudido a los métodos mas salvajes al obligar a testigos falsos que atestiguaran contra nuestro proyecto de vida calificándonos de aliados del terrorismo, se ser guerrilleros o cómplices y de otras tantas mentiras profundamente infames, asesinaron nuestros seres queridos, a otros desaparecieron, a otros torturaron o encarcelaron ect,,; ahora que la guerrilla de las Farc se están desmovilizando, cual será el calificativo para continuar semejante persecución? a caso no ha sido suficiente el daño humano que hemos padecido por mas de 20 años? pretenden obligarnos a convivir con los peores victimarios de todos estos años?...

Jamás dejaremos en el olvido la memoria de todos aquellos y aquellas mujeres y hombres que con sus vidas abonaron nuestro camino de resistencia civil pacifica no armada, y no vacilamos al exigirle públicamente a todos los actores armados llámese, paramilitares o Autodefensas Gaitanistas de Colombia y a todas las fuerzas armadas del Estado o a cualquier otro grupo a que respeten nuestros espacios de vida y trabajo comunitario, no los queremos en nuestros territorios, déjenos tranquilos, déjenos vivir en el territorio de nuestros ancestros y abuelos, queremos vivir en la tierra que nos pertenece a nosotros y a nuestros pequeños. ¡¡¡Basta ya!!!

06/02/2017 Ante el asedio ¿Quien nos podrà proteger?

Acudimos nuevamente a la humanidad y a la historia para dejar constancia de los nuevos hechos de horror a los que somos sometidos continuamente. En un descaro total en presencia del campesinado, de la Defensoría del Pueblo y organismos internacionales la fuerza pública se ha unido en su vinculo criminal con el paramilitarismo en el corregimiento de San José de Apartadó. Aquellos amenazan, torturan obligan a la población civil a trabajar con ellos, asesinan, violan y siembran terror y aquellos otros con una frase arreglan todo ‘’sabemos que aquí están los paramilitares pero nuestro objetivo no son ellos, son ustedes`` manifiesta la fuerza pública. Los hechos son:

  • El jueves 2 de febrero de 2017, varios paramilitares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulato en el corregimiento de San José de Apartadó, ingresaron a la vivienda de la joven Diana Guisao Hernández, a la cual amenazaron de muerte si los denunciaba ante la Comunidad de Paz, bajo esta amenaza la mantuvieron durante dos días, sin dejarla salir de la vivienda, pues dichos paramilitares durmieron en la vivienda.

  • El jueves 2 de febrero de 2017, en horas de la mañana en la vereda Mulato, un grupo militar ingreso a la Aldea de Paz “Luis Eduardo Guerra”, a distancia de 800 metros también un grupo de paramilitares, quedando las familias de nuestra Comunidad de Paz en medio y rodeadas por los peores criminales a los que la comunidad le ha sobrevivido ya 20 años. Testigo de la presencia militar/paramilitar, son las distintas organizaciones que nos acompañan en la Aldea de Paz, además de la Defensoría del Pueblo, quien hacia presencia en el sitio y advirtió a la Fuerza Pública de la presencia paramilitar a escasos metros, sin que ello, en ningún modo generara alguna reacción inmediato por parte de los agentes del Estado.

  • El viernes 3 de febrero de 2017, paramilitares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulato, a los alrededores de la Aldea de Paz “Luis Eduardo Guerra”. Se atrincheraron en varias viviendas campesinas aledañas con el argumento de que si el ejercito rompía los acuerdos de amistad que tienen entre ellos, y les hacían disparos, ellos no se iban a quedar quietos, pues se armaría una balacera.

  • El sábado 4 de febrero de 2017, hacia las 6:30 horas en la vereda Mulato un grupo de militares se acerco a la vivienda de Diana Guisao Hernández y allí capturo a un paramilitar con toda la dotación y camuflado, los demás sencillamente se fueron. Pero, si no existen paramilitares según el Gobierno, entonces ¿cual será el final de este sujeto retenido?, a lo mejor en dos o tres días estará suelto.

  • Este mismo sábado 4 de febrero de 2017, en horas de la mañana dos helicópteros sobrevolaron a una altura muy mínima sobre las viviendas de las familias en la Aldea de Paz en la vereda Mulato, dicha situación creo un estado de pánico por el ruido escandaloso de los aparatos, pero además porque en esa misma área la presencia paramilitar aun permanecía.

  • Este mismo sábado 4 de febrero de 2017, en la vereda la Esperanza miembros de nuestra Comunidad de Paz, acompañados de la Defensoría del Pueblo constato el arribo de una recua de mulas cargadas de víveres y alimentos conducidos a los paramilitares. Dichas cantidades tan enormes de comida transportadas hacia la vereda la Esperanza hace pensar que no son pocos el grupo de paramilitares que viene azotando las veredas, sino mas bien contingentes paramilitares a los que la fuerza pública dejó de prestarles atención y han hecho alianzas de amistades.

  • El domingo 5 de febrero de 2017, hacia las 12;00 horas en la vereda Mulatos, en el paraje de el barro, fue retenido ilegalmente German Graciano Posso, miembro y Representante Legal de nuestra Comunidad de Paz, por tropas militares al mando del cabo de apellido Díaz, quien lo amenazo y lo retuvo por varios minutos bajo el argumento de que Graciano tenia orden de detención y se lo llevarían en Helicóptero a la Brigada XVII del ejercito Nacional con cede en Carepa Antioquia. Ante esta situación miembros de la comunidad que acompañaban a Graciano, protestaron por la detención ilegal, a lo que el cabo contesto que ese era su objetivo y las instrucciones que había recibido de los mandos y superiores que era perseguir a los miembros de la comunidad, que a ellos no les interesaba los paramilitares pues trabajaban conjuntamente.

Todos estos hechos los hemos elevado al Presidente Santos a quien hemos puesto en conocimiento la gravedad del asunto de primera mano, pero, todo sigue de peor en peor. Ante el asedio ¿quién nos podrá proteger?...

Agradecemos toda esa inmensa solidaridad de muchas personas que desde distintas partes del mundo nos han seguido en nuestra tragedia y nos han sostenido con su fuerza moral insobornable por mas de 20 años.

02/02/2017 Torturas, violaciones y asesinatos el pan de cada dia

De nuevo, nuestra Comunidad de Paz deja constancia de los nuevos hechos ante el país y el mundo, al mismo tiempo que el Gobierno Colombiano se niega a aceptar la presencia paramilitar en nuestros territorios. En los últimos días en San José de Apartado los paramilitares asesinaron al joven Yhovani Valle Guerra, violan a una menor, torturan, amenazan, roban gallinas y alimentos de la canasta familias sustento de las familias campesinas, mientras el gobierno se complace desde sus instituciones en afirmar que paramilitares no hay, razón sustentada en la peor infamia que cobra vidas humanas:

  • El sábado 28 de enero de 2017, en horas de la tarde, una comisión humanitaria integrada por miembros de nuestra Comunidad de Paz y acompañantes internacionales al momento que se trasladaban entre Mulato y San Josecito, fueron sorprendidos por un grupo de paramilitares acantonados en el filo de chontalito, al percatarse de la presencia internacional intentaron esconderse entre la manigua.

  • El martes 31 de enero de 2017, un grupo de paramilitares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulatos y la Resbalosa, han ingresado a varias viviendas de los campesinos, donde se han robado gallinas , ropas y los víveres de abarrote sustento de las familias campesinas.

  • El miércoles 1 de febrero de 2017, hacia las 17:20 horas en la vereda Mulato en el paraje de el barro, una comisión humanitaria integrada por miembros de la Comunidad de Paz y acompañados por organizaciones internacionales al momento que se trasladaba a la vereda mulatos, fue sorprendida por un grupo de paramilitares acantonados en el sitio. El grupo paramilitar fueron sorprendidos encapuchados, camuflados, portando armas largas y con las insignias AGC.

  • Este mismo miércoles 1 de febrero de 2017, hacia las 19:00 horas, un grupo de paramilitares irrumpió la Aldea de Paz ‘’Luis Eduardo Guerra’’, propiedad privada de la Comunidad. Los sujetos manifestaron que tienen orden para pasar por donde les de la hp gana. Después de varios minutos, los sujetos se retiraron al percatarse de la presencia internacional en el sitio. No sin antes advertir que a esos sapos hp miembros de la comunidad serán asesinados.

  • El este mismo miércoles 1 de febrero de 2017, a las 12:00 horas, tres sujetos motorizados y portando armas cortas, ingresaron al asentamiento de San Josecito, averiguando por el líder comunitario del lugar, al percatarse que no estaba, los sujetos se retiraron.

  • El jueves 2 de febrero de 2017, hacia las 5;00 horas en la vereda Mulatos, un grupo de paramilitares ingreso a la vivienda del campesino de nombre Wilmar a quien amenazaron de muerte.

  • Este mismo jueves 2 de febrero de 2017, hacia las 9:00 un contingente paramilitar incursiono en la Aldea de Paz en la vereda Mulato, allí mantuvieron a dos familias de nuestra comunidad retenidas por varios minutos a quienes amenazaron de muerte, anunciando que a los gringos no los van ha asesinar pero que a esa parranda de sapos de la comunidad si.

Nos negamos a renunciar a nuestros principios, nos afirmamos a permanecer en nuestros territorios, nos reusamos a abandonar nuestro proyecto de vida, no retrocederemos un centímetro, pese al riesgo de ser torturados o asesinados.

01/02/2017 Paramilitares violan a menor de edad en San Jose de Apartado

Nuevamente nuestra Comunidad de Paz, eleva un clamor a la comunidad nacional e internacional por la grave situación de derechos humanos a la que somos sometidos diariamente nuestra comunidad y la población de nuestro entorno geográfico y social, frente a un Estado que dejó de ser Estado, para convertirse en una maquina de represión social apoyado en su brazo criminal, ya no clandestino, sino público, los paramilitares, los hechos son:

· El domingo 22 de enero de 2017, hacia las 7:00 horas un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda la Esperanza, en la propiedad de Reinaldo Areiza, al no encontrar a Reinaldo, anunciaron que no van admitir en la zona a ningún sapo, y el que no colabore con ellos o se va o se muere, que ellos son la autoridad en la región, pues, han recibido aval de la fuerza pública, con quienes ya están desarrollando proyectos conjuntos y lo harán por encima de quien sea. Los paramilitares mantuvieron retenidos a la familia Muñoz durante varias horas bajo chantaje y amenazas, donde además exhibieron una lista de personas con quien según ellos tienen cuentas por arreglar entre ellos miembros de nuestra Comunidad de Paz a quien ya se les ha advertido.

· Este mismo domingo 22 de enero de 2017, hacia las 15:00 horas un contingente paramilitar hizo presencia en la vereda Mulato Medio, en el paraje de la cancha deportiva de la vereda. Nuevamente los paramilitares anuncian que no quieren sapos en la región, que no van a permitir en la zona a quienes informen a esa HP de comunidad las acciones que ellos adelantan en la región. Según los paramilitares han programado una reunión de comandantes paramilitares en la vereda la Esperanza, para ultimar detalles de las líneas a trabajar en la región, tanto en lo político, militar, económico y el control social que han acordado con la fuerza pública.

· El lunes 23 de enero de 2017, en la vereda la Hoz del Corregimiento de San José de Apartadó paramilitares violaron a una menor de edad, la cual se encontraba en su vivienda familiar, allí los paramilitares la amenazaron con asesinarla si los denunciaba.

· El viernes 27 de enero de 2017, hacia las 6:00 horas en la vereda Mulato Medio un grupo paramilitar hizo presencia en la vivienda de Diana Guisao, a quien amenazaron de muerte por ser familiar de miembros de la Comunidad de Paz, allí le mostraron una lista de personas para asesinar en las que se encontraban miembros de nuestra Comunidad de Paz de la Aldea de Paz ``Luis Eduardo Guerra`` en la vereda Mulato.

· Este mismo viernes 27 de enero de 2017, hacia las 8:00 horas y por mas de una hora, un contingente paramilitar incursiono en la Aldea de Paz, ``Luis Eduardo Guerra``, asentamiento de la Comunidad de Paz en la vereda Mulato. Los paramilitares procedieron a fotografiar a miembros de nuestra Comunidad, anunciando que se dará muerte a los sapos, y que la población civil está obligada a aceptar su presencia en la zona, además anunciaron que están haciendo un trabajo de infiltración y de rompimiento de la relación y confianza que existe entre la población civil de la región y Comunidad de Paz. La ira de los paramilitares se reflejó al manifestar que ellos tenían fusiles y arsenal de guerra para humillar las familias de la Comunidad hasta reducirlos al polvo. Esta incursión paramilitar se dio en presencia de acompañantes internacionales quienes se encontraban en el sitio al momento de los hechos.

· El domingo 28 de enero de 2017, cinco paramilitares ingresaron a la propiedad privada de nuestra Comunidad de Paz en la vereda la Esperanza, allí, retuvieron a dos miembros de nuestra Comunidad de Paz por varios minutos anunciando que no van a admitir a sapos en la región y conminándoles a abandonar a la Comunidad de Paz. Según información de pobladores de dicha vereda, los paramilitares han subido remesas para los paramilitares que hacen presencia en la zona. Dicha remesa proviene del casco urbano de Nuevo Antioquia donde hay presencia de la fuerza publica, pero allí nadie ve, nadie oye o dice nada sobre las cantidades de remesas que suben por allí en las recuas de mulas a los paramilitares.

Nuestra Comunidad de Paz, la población civil de la región y la presencia de las distintas organizaciones internacionales que nos acompañan, han sido testigos de la invasión e incursión y amenaza paramilitar en las ultimas semanas en veredas del Corregimiento de San José y en nuestros espacios de vida y trabajo comunitario. El gobierno aun se mantiene sordo y mudo ante el clamor internacional por la barbarie a la que somos sometidos sin compasión por sus agentes.

De nuevo agradecemos la solidaridad de muchos y muchas personas de distintas partes del mundo, quienes nos sostienen con su fuerza moral y voluntad insobornable de estar juntos ante la barbarie a la que somos sometidos permanentemente.

21/01/2017 La sordera y ceguera del Estado tenía metas ahora claras: preparar una brutal invasión paramilitar contra todos nuestros asentamientos

El Presidente no ve ni oye nada concreto y sigue fingiendo que vive en un país sin paramilitares; los ministros se hacen los ciegos y los sordos; los órganos de control siguen en su monte Olimpo donde sólo delinquen las Farc; la secretaria jurídica de la Presidencia sigue bloqueando las comunicaciones para el Presidente y desviándolas hacia los victimarios; las demás instituciones se lavan las manos y “no saben nada”, pero tampoco les preocupa que las comunidades de paz sean destruidas.

Dejamos constancia ante el país y el mundo de los últimos crímenes perpetrados contra nuestra Comunidad de Paz:

· El domingo 15 de enero de 2017, en las veredas La Unión, Buenos Aires, y Arenas Altas, del corregimiento de San José de Apartadó, hubo presencia masiva de contingentes paramilitares fuertemente armados y con las insignias AGC. Han venido reuniendo a pobladores de la región advirtiéndoles que si no trabajan con ellos se tienen que ir de la zona o se mueren.

· El mismo domingo 15 de enero de 2017, en horas de la mañana, un grupo de paramilitares fuertemente armados hizo presencia junto a las viviendas de nuestra Comunidad de Paz en la vereda la Unión, allí procedieron a amenazar de muerte a dos miembros de nuestra Comunidad si la Comunidad se negaba a trabajar con ellos.

· El lunes 16 de enero de 2017, un grupo paramilitar fuertemente armado hizo presencia en la vereda las Claras del Corregimiento de San José, allí reunieron a varias personas anunciándoles que estaban obligadas a trabajar con ellos. Este mismo día los paramilitares llegaron junto a la base militar de san José y allí se les vio conversando amigablemente con los militares acantonados en dicha base.

· Precisamente este mismo día lunes 16 de enero de 2017, en la página Web del Comando General de las Fuerzas Militares se afirmaba, con enorme capacidad de descaro y de mentira, que nuestra Comunidad de Paz está trabajando en conjunto con las fuerzas militares y que ya no pone denuncias, afirmaciones ambas totalmente falsas y malintencionadas. Se afirmaba incluso que líderes de nuestra Comunidad de Paz se reunían con los mayores asesinos que ha tenido la región de Urabá, algo que jamás hemos hecho, mucho menos con nuestros verdugos.

[Ver:http://cgfm.mil.co/-/ejercito-y-comunidad-de-san-jose-de-apartado-trabajando-por-la-seguridad-de-la-region]

· El martes 17 de enero de 2017, un grupo de paramilitares llegó a la vivienda de varios miembros de nuestra Comunidad de Paz en la vereda Arenas Altas, advirtiendo que si la Comunidad de Paz no se quedaba callada asesinarían a sus líderes y por consiguiente la exterminarían; que el plan ya estaba cantado.

· Este mismo martes 17 de enero de 2017, en la vereda la Esperanza, varios paramilitares llegaron a la vivienda de Reinaldo Areiza, por quien preguntaron advirtiendo que iban por la cabeza de él, afortunadamente Areiza había salido de su vivienda el día anterior.

· El martes 17 de enero de 2017, la fuerza pública en unión con los paramilitares realizaron un evento de integración social y de apertura en la vereda la Esperanza donde advirtieron que el desarrollo llegó y a esa hp Comunidad de Paz le había llegado su fin, al anunciar que continuarán con la construcción de la carretera que los paramilitares ya habían iniciado dos años antes; que ahora unidos terminarían dicha carretera que además es ilegal. Dicen que la van a pasar por los predios de nuestra Comunidad de Paz en dicha vereda, “nos guste o no a los integrantes de la Comunidad”.

· El jueves 19 de enero de 2017, un grupo de paramilitares llegó a la vereda Resbalosa, allí anunciaron que tenían el control de todas las veredas, que sólo faltaban los asentamientos de esa hp de comunidad. Que tenían luz verde para dar de baja a esa hp comunidad si no se sometía a ellos. Allí anunciaron, además, que no van a admitir a informantes o sapos de ninguna clase; que van a colocar sus propios informantes para vigilar a la población civil y van a entrar a la Aldea de Paz de Mulatos por encima de quien sea. Este mismo día hubo presencia de contingentes paramilitares en las veredas La Hoz y Rodoxalí, donde además hacían presencia jefes paramilitares quienes lideraron las reuniones con las distintas juntas de las veredas.

· Este mismo jueves 19 de enero de 2017, un grupo de paramilitares hizo presencia en las propiedades vecinas de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos Medio.

· El viernes 20 de enero de 2017, un grupo de 5 reconocidos paramilitares vestidos de civil y portando armas subieron desde Nuevo Antioquia a la vereda la Esperanza, allí, de nuevo procuraron ingresar a la vivienda de Reinaldo Areiza quien no se encontraba en la vivienda.

Durante dos décadas hemos clamado a todas las autoridades y no han escuchado; se han hecho responsables de los varios millares de crímenes perpetrados contra la comunidad y contra el campesinado de nuestro entorno. Nuevamente le advertimos al Presidente y a todas las instituciones del Estado que deberán responder ante la historia por estos crímenes que siempre se anuncian y se cumplen sin que las instituciones hagan nada para evitarlos.

Llamamos a la Comunidad Internacional, a los órganos encargados de vigilar el cumplimiento de los numerosos pactos suscritos por el gobierno colombiano y violados cotidianamente; a las misiones diplomáticas presentes en Colombia; a las organizaciones y grupos humanitarios que siempre nos han sostenido con su talante ético; a tantas personas que nos conocen en tan diversos rincones del mundo y que nos sostienen con su energía solidaria. Ayúdennos a detener esta barbarie y a censurar con energía y concreción a este Estado criminal.

Pedimos auxilio, de manera apremiante, al país y al mundo.

10/01/2017 La tolerancia y unidad de acción entre fuerza pública y paramilitares, sigue desbocada

Nada ha cambiado en San José de Apartadó en el ámbito de la criminalidad estatal. Termina un año y comienza otro, como han pasado ya varias décadas en que sólo se acumula descaro, impunidad, contumacia y desvergüenza en las instituciones de un Estado corrupto y criminal. Nuestra Comunidad de Paz sigue y seguirá dejando constancias de sus padecimientos ante el país y el mundo.

  • El jueves 22 de diciembre de 2016, un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda La Hoz de nuestro corregimiento de San José de Apartadó y anunció que próximamente irán a la Aldea de Paz de nuestra Comunidad en la vereda Mulatos Medio y buscarán a Gildardo Tuberquia, miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz, a quien pretenden amarrar y llevárselo de la región.

  • El sábado 31 de diciembre de 2016 un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda Arenas Altas, en el asentamiento de nuestra Comunidad de Paz, y anunciaron que no se van a retirar de la zona, les guste o no les guste a “los de esa h. p. de comunidad de paz”.

  • El martes 3 de enero de 2017 un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda Mulatos Medio, en un predio colindante con nuestra Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, allí se les vio departiendo largamente con uno de los líderes que está impulsando la toma de la Aldea de Paz por parte de miembros de la Acción Comunal para implementar allí proyectos que el gobierno les ha prometido.

  • El miércoles 4 de enero de 2017, un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda Arenas Altas, en el asentamiento de nuestra Comunidad de Paz, . En esta ocasión afirmaron qu en adelante “no le van a correr a esa hp de Comunidad de Paz ni a sus acompañantes, retirandose de los sitios donde la Comunidad està o llega a denunciarlos”; que en adelante se esta ejecutando un plan de “exterminar a la comunidad”.

  • Los días domingo 8 y lunes 9 de enero de 2017, fueron vistos reconocidos paramilitares en el caserío de San José y en el estadero de Caracolí. En San José departían a vista de todo el mundo con la fuerza pública.

En constancias anteriores nuestra Comunidad dio cuenta de la actitud de tropas del Ejército cuando una comisión nuestra les reclamó por su falta de actuación ante la presencia paramilitar en Arenas Bajas, a poca distancia del sitio de encuentro con ellos­; allí quedó claro que las tropas estaban plenamente informadas sobre esa presencia y que no tenían voluntad alguna de actuar contra los paramilitares sino que más bien amenazaron a nuestra Comunidad con una campaña de desprestigio si seguía denunciando esa presencia. Tal tolerancia y aprobación del Estado a dicha presencia y accionar paramilitar, queda reforzada en la extraña carta recibida de la Procuraduría Provincial de Apartadó el pasado 3 de enero de 2017.

En efecto, el 3 de enero de 2017 nuestra Comunidad recibió el Oficio PPA 002 _ RC-1373-2016, con fecha del 3 de enero de 2016, suscrito por la profesional de la Procuraduría Provincial de Apartadó EVELYN CRISTINA MUÑOZ MONSALVE, quien se refiere a múltiples constancias dejadas por nuestra Comunidad de Paz entre octubre y diciembre de 2016 y descarga al ente disciplinario de toda responsabilidad investigativa y sancionatoria. En unos casos remite los hechos a la Unidad Nacional de Protección; en otros se exime de intervenir por tratarse de paramilitares que estarían fuera de la competencia disciplinaria de la Procuraduría; en otros -y muy graves- porque los considera “hechos difusos e irrelevantes”. La funcionaria se revela como fiel discípula del ex Procurador Ordóñez Maldonado, quien se negó siempre a investigar cualquier hecho que afectara a la Comunidad de Paz afirmando que se trataba de informaciones falsas, vagas, sin sustento alguno ni circunstancias de tiempo, modo y lugar, a pesar de que estaban todas situadas y fechadas con precisión y con los nombres de las víctimas, las circunstancias concretas y los indicios de autoría. Pero lo más escandaloso de la misiva es que la flamante funcionaria “de control disciplinario del Estado”, le cambia el nombre a nuestro líder histórico Luis Eduardo Guerra, nombre que lleva en su memoria nuestra Aldea de Paz, sustituyéndolo por el de “Luis Eduardo Nieto”, pidiendo protección para él a la Unidad Nacional de Protección, como ignorando que él fue masacrado por agentes del Estado el 21 de febrero de 2005. Repugna una ignorancia histórica tan afectada en una funcionaria de su campo, si no es que la tergiversación tiene otros fines protervos.

Si bien nuestra Comunidad de Paz continúa en ruptura con las instituciones estatales, ya que las cinco condiciones avaladas por la Corte Constitucional para restablecer alguna interlocución con ellas, han sido desacatadas por todos los altos dignatarios del Estado, le hemos enviado una carta-constancia al Procurador General.

De nuevo, agredecemos profundamente la solidaridad de muchos y muchas personas que desde distintas partes del mundo nos acompañan en esta tragedia y nos sostienen con su fuerza moral inquebrantable e insobornable.

10/01/2017 Brief aan Procureur Generaal

Señor

PROCURADOR GENERALDE LA NACIÓN

Bogotá, D. C.

Reciba un atento saludo.

Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó fue sorprendida el pasado 3 de enero con el oficio PPA-002 RC-1373-2016 suscrito por la profesional EVELYN CRISTINA MUÑOZ MONSALVE, de la Procuraduría Provincial de Apartadó, en el cual se refiere a varias constancias que nuestra Comunidad ha dejado ante el país y el mundo, ya que en 20 años de existencia nunca ha sido escuchada ni sus reclamos absueltos como ordenan la Constitución y las leyes.

La mencionada funcionaria de ese “organismo de control” remite unos casos a la Unidad Nacional de Protección. Algo totalmente inútil. En años pasados, por presión de la Corte Constitucional, pusieron a nuestro servicio a dos funcionarios con teléfono abierto 24 horas al día para solucionar este tipo de casos, pero lo único que se les ocurrió hacer fue acudir al Ministerio de Defensa, el cual, como rutinariamente lo ha hecho en 20 años, NEGÓ los hechos y la Unidad de Protección dio por concluida su “protección”.

En una confusión tragi-cómica o perversa, la mencionada funcionaria pide protección para “Luis Eduardo Nieto” (evidente cambio de apellido de Luis Eduardo Guerra cuyo nombre lleva nuestra Aldea de Paz, en la vereda Mulatos Medio, en su memoria), como ignorando que él fue masacrado por agentes del Estado el 21 de febrero de 2005.

Frente a otros casos criminales la funcionaria disciplinaria se lava las manos por tratarse de grupos paramilitares, no sujetos a esa jurisdicción disciplinaria. Se necesita ser muy ciego para no entender que el accionar paramilitar sólo goza de condiciones favorables a su accionar cuando la fuerza pública lo asume como su brazo clandestino o irreconocido y tolera y protege sus acciones. Obviar la investigación de los mandos militares por las acciones de los paramilitares ha sido en muchas décadas la más eficaz contribución al “éxito” criminal del paramilitarismo.

Finalmente, la flamante funcionaria repite sagradamente el eslogan de su maestro Ordóñez Maldonado, de ingrata recordación en el país y en el mundo civilizado: toda constancia de la Comunidad de Paz hay que rechazarla como “vaga, imprecisa, carente de requisitos esenciales como circunstancias de tiempo, modo y lugar, y mentirosas”; no importa que lleve fechas, ubicación espacial, nombres de víctimas, circunstancias y pruebas de sistematicidad y autoría, todo esto hay que ignorarlo.

Para la flamante funcionaria “de control”, las amenazas contra miembros de la Comunidad de Paz y comunidades veredales, connivencia de militares y paramilitares, anuncios de incursiones violentas para amarrar personas y expulsarlas de su región, son solamente “hechos difusos e irrelevantes” que no merecen atención por parte de quien debe vigilar la conducta de los agentes del Estado, sino sólo ocasiones para abundar en “inhibiciones”.

Tragi-cómica resulta también la respuesta de la funcionaria ante la crítica al supuesto arreglo de la carretera entre San José y Apartadó que fue objeto de una solemne inauguración mientras los arreglos duraron pocos días para volver a los fangales de siempre. Ella afirma que se desplazó a tomar 45 fotos para probar que “la vía está en perfecto estado”, en lo que no coincide con quienes la recorren a pie y sufren sus pantanos, deslizamientos y obstrucción de sus cunetas. Rasgo esencial de una funcionaria de control debería ser la imparcialidad y capacidad crítica.

Con dolor de patria, atentamente,

Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

CC:

Corte Constitucional

Corte Penal Internacional

Corte Interamericana de Derechos Humanos